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miércoles, 29 de enero de 2020

lunes, 13 de enero de 2020

La Habana al inicio de 2020. Por Roberto F. Campos




La Habana al inicio de 2020
Por Roberto F. Campos

La Habana.- Ciudad variopinta, con callejuelas, vivacidad y colorido a flor de piel, declarada Maravilla no por gusto, La Habana entra al 2020 con un renovado impacto para viajeros de todo el mundo, que la recorren.
   Declarada entre las siete Ciudades Maravilla del Mundo, La Habana justifica ese y otros muchos reconocimientos no solo por su belleza y movilidad, sino por las tradiciones de su gente.
   El paisaje urbano de la parte antigua bien conservado, gracias a la Oficina del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, y a las serias intenciones del Ministerio de Turismo (Mintur) y otras instancias ciudadanas, muestran una ciudad parecida a una Babel en materia de idiomas, comprensiones y personas con disímiles procedencias.
   Fundada definitivamente en 1519 a la sombra de un frondoso árbol de Ceiba, La Habana, capital de Cuba, devino de repente como una villa muy cosmopolita cargada de viajeros de todas partes del mundo deseosos por conocerla en profundidad.
   Cuba, y La Habana como esencia de esencias, representa a un pueblo muy mezclado, donde las principales procedencias lo constituyen lo español y lo africano, pero también confluyen lo chino, haitiano, alemán, francés, hebreo y de otras muchas partes.
   La Villa de San Cristóbal de La Habana, como realmente es su nombre, se fundó el 16 de noviembre de 1519 a orillas del norteño Puerto Carenas, luego de que en 1515 tuviera un asentamiento inicial en la costa sur del país.
   Esta primera ciudad en la zona occidental insular la definen los expertos como un lugar de grandeza debido a sus monumentos y por una escala humana relacionada mediante sus valores patrimoniales únicos donde se asientan cinco siglos de historia.
   La bahía se conformaba en punto de reunión de toda la flota española en su viaje hacía la metrópoli llevando las riquezas de todo el hemisferio occidental, custodiados estos galeones por barcos de guerras, pues durante su recorrido navegaban bajo el constante asedio de piratas y corsarios.
   Visto su atractivo particular de urbe invadida en 1555 por piratas y en 1792 por la flota inglesa, sus murallas y refugios, conservan fortalezas, así como otras edificaciones, piedras y vestigios de mucho valor para los viajeros.
   Toda su riqueza fue premiada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) al declararla Patrimonio de la Humanidad en 1982.
   Es la capital de la República, abarca completamente 732 kilómetros cuadrados y posee 15 municipios de los cuales nueve son totalmente urbanos, de ellos 4,5 kilómetros cuadrados pertenecen a parte vieja, la más interesante (con 2,2 kilómetros en el eje recreativo-histórico).
   Se trata del eje del turismo en Cuba, pues por sus calles se pasean más del 90 por ciento de todos los viajeros que llegan al país tanto en plan de descanso como en negocios o atención médica.
   La economía del territorio responde a la industria, el comercio, los servicios y el turismo, con el 47 por ciento de todos los hoteles del país instalados en su espacio, ahora en aumento con nuevas construcciones (Cuba cuenta con más de 70 mil habitaciones en alrededor de 300 hoteles).
   Se puede hablar de una Habana antigua y una moderna, delineando sus costuras entre calles anchas y estrechas, cada una con una vivacidad muy particular y un efecto en las gentes que llegan a visitarla.
   En sus calles se escucha la algarabía de la salsa, pero también la suavidad del son y el danzón, dos géneros que se arrastran desde hace mucho y representan la forma de bailar “en un solo ladrillo”, contra el abrumador movimiento de La Timba (géneros musicales), por ejemplo.

   El cubano lleva en su sangre la música, por ello todo posee ritmo en La Habana, el bullicio de los barrios, el paso de los ómnibus de pasaje, hasta un simple grupo de escolares conversando a la salida de clases.
   Entonces los colores también vibran de alguna manera y los contrastes de claros y oscuros en las esquinas, haciendo juego con las edificaciones de antaño, realizan una guirnalda que constituyen perfectas inspiraciones para pintores y escultores, sobre todo para fotógrafos.

¿CIUDAD MARAVILLA?
   La Habana fue seleccionada en diciembre de 2014 como una de las siete ciudades maravilla del mundo, dentro de la iniciativa New7Wonders surgida en 2011.
   El propio Bernard Weber, presidente de la fundación organizadora de esa iniciativa visitó a La Habana, para comprender el espíritu de la urbe.
   Las otras ciudades elegidas fueron: La Paz (Bolivia), Beirut (Líbano), Doha (Catar), Durban (Sudáfrica), Kuala Lumpur (Malasia) y Vigan (Filipinas).
   Las finalistas llegaron al podio de una lista de 14. Weber, reconocido cineasta suizo, dijo en la ceremonia celebrada en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, que la elección se llevó a cabo entre mil 200 candidatas de 220 países.
   De acuerdo a una ley aprobada en agosto de 2010 por la Asamblea Nacional de Cuba (Parlamento), dicha provincia retoma el nombre de La Habana, eliminándose oficialmente el apelativo de 'Ciudad', innecesario después de la desaparición de la provincia homónima, aprobada por esa misma ley. La ciudad se divide administrativamente en 15 municipios.
   Su denominación surge de la fusión del nombre del santo escogido como patrón (San Cristóbal) y del nombre por el cual se le conoció en sus primeros asentamientos: Habana.
   La provincia está surcada por varios ríos, aunque el Almendares es el mayor, con 49,8 kilómetros de extensión y 402 kilómetros cuadrados en su cuenca llamada Almendares-Vento.
   Nace en el municipio de San José de las Lajas, en la vecina provincia de Mayabeque, y atraviesa a ocho territorios de la provincia: Cotorro, Arroyo Naranjo, Diez de Octubre, Boyeros, Cerro, Marianao, Playa y el Municipio Plaza de la Revolución.
   Le siguen en importancia los rios Quibú, Santa Ana, Jaimanitas, Cojímar, Bacuranao, Tarará, Boca Ciega o Itabo, Guanabo, Peñas Altas, Mordazo, Santoyo, Orengo y otros de menor caudal.
   Su entorno metropolitano rebasa los dos millones de pobladores y aunque no llega al nivel de las “megaciudades' como New York, Tokio o Ciudad de México, las cuales rebasan los 10 millones, y algunas hasta 20, en las Antillas no hay ciudad más poblada por encima de La Habana.
   Y sobre todo, se trata de una urbe ruidosa, cosmopolita, musical y cargada de atractivos que resaltan este 2020 y atrae a muchos más viajeros.
/rfc












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