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sábado, 23 de diciembre de 2006

Algo para leer el fin de año





La Piedra Filosofal
¿La mejor manera de comer... y vivir?
Por: Roberto F. Campos

.El hombre moderno se debate entre una dieta perfecta para combatir enfermedades y deterioros corporales, y aquella que es verdaderamente deliciosa, pero los médicos consideran dañina.

Si uno escucha con atención un programa televisivo acerca de recomendaciones sobre nutrición parece estar ante la fórmula perfecta para ser inmortal.
Pongamos un poco de imaginación, le hablan a uno de que si deja de comer grasa, aumenta la ingestión de vegetales y hortalizas, o sólo consume pescados de carnes magras, puede salvarse de muchas enfermedades.
Entonces es como si al aceptar esas maneras de comer se convierte en inmortal,.. claro esto es sólo una suposición jocosa, pues fuera de tales sugerencias quedan los alimentos más sabrosos del mundo, y muchos de los "perfectos" a uno verdaderamente le disgustan.
Recientemente llegó a mis manos una lista de esas, titulada "Consejo a los pacientes", en previsión de ataques cardíacos y otras enfermedades apuntando a una alimentación balanceada para "disminuir el colesterol y los triglicéridos".
Leí la relación con detenimiento, pues en ella podría estar la piedra filosofal para mi futuro. Existía una primera lista de lo que usted puede elegir libremente, una segunda que debe limitar y la tercera,.. a evitar a toda costa.
Para no serle muy tedioso, cuento que entre las notas de la tercera columna está todo lo que me gusta con devoción: "alimentos fritos, tocino, mantequilla, piel de pollo, chorizo, salchichas, camarones, leche entera, queso crema y quesos amarillos, dulces, bizcochos, hortalizas con adición de mayonesa o crema de leche, coco, chocolate, helados de crema, bebidas alcohólicas... para qué seguir.
Sin embargo, un dieta perfecta sería con aceites polinsaturados (girasol, maíz y soya), pollo y pavo sin piel, clara de huevo, frijoles, arroz integral, papas asadas con cáscara, hortalizas y verduras crudas, frutas frescas y limonada sin azúcar, por ejemplo.
Si uno selecciona una comida ideal, de esas verdaderamente sabrosas, de seguro incluiría la carne frita, con unos plátanos también fritos, una buena cerveza de esas con bastante alcohol, un helado bien grande de los que por lo menos tienen 11 por ciento de grasa, un café cargado (el té y el café quedan para limitar en la segunda columna) y los fumadores -por lo menos no lo soy- terminarían con un buen habano.
Pero, guiándonos por los galenos, nos habríamos suicidado,..nada de eso señor... muchas carnes magras y vegetales, para algunos expertos si es sólo vegetales mejor, porque las carnes son "cadáver".
Entonces pensé que sería bueno llegar a un arreglo con los doctores, y buscar una media en la cual seleccionen un poco de esto y un poco de aquello, quizás nos den a gente como yo alguna patente de corso en días de fiesta, "salirse algo más del plato" porque si ha de vivirse mucho careciendo del chocolate o los tragos fuertes, sería un verdadero aburrimiento.
De cualquier manera, no pretendo en lo absoluto contradecir las recomendaciones para un mejor vivir. Entonces, mi aliento, es que esos científicos, por lo menos, dejaron en la primera columna, para escoger libremente, para preserva la salud, al vino tinto,.. ese néctar de dioses, apadrinado por Baco y por tantos gourmets, entonces el sufrimiento no es tan severo y como se dice "algo es algo".
Rfc/

viernes, 8 de diciembre de 2006

Calles de Cuba y especiales habanos


Por: Roberto F. Campos

. Los amantes de los habanos tienen ahora una novedad a las puertas, la línea más reciente de la marca San Cristóbal de La Habana, dedicada solo a ventas en la franquicia La Casa del Habano.

Impulsados por los 487 años de la capital cubana, se reforzó la presencia en el mercado de mundial de puros de nuevas vitolas de la marca cubana San Cristóbal de La Habana.
Se trata de una línea exclusiva para la red La Casa del Habano y con nombres de tres calles destacadas de la villa: Muralla, Mercaderes y Oficios.
Estos puros además se probaron durante el XIII aniversario de la Casa del Habano Partagás, en noviembre pasado, y precisamente, la bisoña gama ya tiene muchos adeptos.
Voceros de la Corporación Habanos S.A., propietaria de esa red con más de 100 establecimientos en todo el orbe, aseguraron que se trata de toda una novedad capaz de atrapar el gusto de fumadores exigentes.

Verdaderas bellezas


La Línea San Cristóbal para La Casa del Habano se compone de Muralla, con diámetro o cepo de 54 milímetros y largo de 180; Mercaderes, con cepo 48 por 167 milímetros de largo; y Oficios con cepo de 43 por 135 milímetros de largo.
El sabor de estas joyas se recrea de suave a medio, como característica general de la marca, y con envases compuestos por cajones de madera barnizados con grabado en dorado y una chapilla que distingue su especial destino.
Por demás, cuenta con el doble anillado, el de la marca y el cintillo que identifica a los productos dedicados en exclusiva a la franquicia.
Precisamente llevan el nombre de tres calles de La Habana Vieja, en las cuales, y según recoge la historia, los negociantes se dedicaron a la venta de tabaco.
La Habana Vieja, declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1982 como Patrimonio Cultural de la Humanidad, posee alrededor de 2,5 kilómetros cuadrados y resulta el área más turística de Cuba.


El historiador local Rolando Aniceto recuerda que las primeras referencias a calles en La Habana aparecieron en un Acta del Cabildo de diciembre de l550, “donde se habla de la calle Real, que iba de la casa de Inés Gutiérrez al monte. Se refiere, indiscutiblemente, a la actual calle Muralla”.
Mercaderes, por su parte, alude a que la mayoría de las personas allí tenían esa profesión, y en Oficios se establecieron muchos artesanos.
Para 1584 Muralla era la más importante de las cuatro calles existentes en ese entonces. Todas estas arterias se pueden visitar en la actualidad y disfrutar de su belleza.
La marca de habanos San Cristóbal cerró a finales de 1999 un ciclo de novedades y coincidió con los 480 años de la capital, elaborada en La Corona, industria fundada en 1910 y que cambió hace poco su domicilio hacia una factoría más moderna en el Cerro.
Las nuevas marcas, luego del triunfo de la Revolución Cubana en 1959, fueron: Cohiba, Cuaba, Vegas Robaina, Vegueros, Trinidad y finalmente San Cristóbal, antes de terminar el siglo pasado.
San Cristóbal es el nombre del santo patrón de La Habana, la capital cubana nacida el 16 de noviembre de 1519 definitivamente a orillas del Puerto Carenas, Bahía de La Habana.
Esa marca apareció en 1999 con cuatro vitolas: El Príncipe de 110 milímetros de largo por 42 de cepo y La Punta de 140 milímetros de largo por 52 de cepo.
Además se incluyeron La Fuerza de 141 milímetros por 52 y El Morro de 180 por 49 milímetros. Estos nombres responden a las principales fortalezas coloniales de La Habana, y tales vitolas se encuentran en el mercado actual de cigarros.
Y como uno de los artífices de esa novedad estuvo el tabaquero Félix Jiménez, con más de 40 en el sector, entre los 10 más experimentados obreros de la fábrica.
Rfc/
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