Eduardo Julián Neira García
Alguien marcha
al Olimpo del buen carácter y la amistad
Por: Roberto F. Campos
. Un amigo se
marchó, tan juvenil y alegre como siempre, quien además de ser excelente
diplomático, cosechó entre quienes le conocieron el mejor lauro, el del respeto
y la solidaridad. Neira, como simplemente le llamaron, además estuvo muy cerca
del desarrollo de los Festivales del Habano.
Un amigo siempre sonriente, agradable, culto y comunicativo. Tal oración bien puede ser la síntesis de una
personalidad que se marchó a los 84 años de edad, el 18 de noviembre de este
2016, alguien que –sin dudas- debió durar incluso más de 100 años de vida.
Pero tuvo una excelente existencia, siempre con la agradable sonrisa y
el don de granjear la amistad, de generar cosas buenas a su alrededor.
Sin embargo, a quienes le conocimos les pudo incluso parecer muy lejos
de su sencillez la larga trayectoria acodada sobre todo en el sector
diplomático.
Nació en La Habana, el 22 de enero de 1932 y murió en su propia ciudad
debido a una ya recurrente enfermedad del corazón. Quizás para algunos del
criterio del destino manifiesto, era ya el momento del descanso, pues se fue
sin una larga convalecencia, ni un prolongado sufrimiento, como debe ser.
Incluso, su compañera Mayra tuvo que recomendarle en los días de
hospital que les dijera a los médicos su real estado de salud para poder
tratarlo, pues siempre, invariablemente, al ser consultado decía que se
encontraba bien, algo muy típico de su optimismo y que les trasmitiera a su
familia, esposa e hijos.
Su trayectoria tiene muchas aristas: Repatriado en 1961 después de residir
siete años en Nueva York; Jefe de Personal y Administrador en el Instituto
Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) en el período 1961-1968, o Director de
Relaciones Internacionales en el Instituto Cubano del Libro (1968-1974) .
También
transitó por el sector diplomático donde dejo recia huella: Tercer Secretario
en las Embajadas de Cuba en Argelia y la República Popular del Congo, y Segundo
Secretario en Mali (1974-1979), y Agregado de Protocolo y Jefe de Departamento en
la Dirección de Protocolo del Ministerio
de Relaciones Exteriores MINREX (1979-1983), o Primer Secretario, Encargado de
Negocios a.i. en la Embajada de Cuba en Burkina Faso (1983-1984).
Su larga vida, también resultó una larga ejecutoria como cuando fue Consejero,
Encargado de Negocios a.i. en Noruega (1985-1987), Jefe del Departamento de Ceremonial en la
Dirección de Protocolo del MINREX(1987-1990), Embajador de Cuba en Mali y
Burkina Faso (1990-1994), y finalmente Cónsul
Honorario de la República de Mali en Cuba (1999).
Ya jubilado, estuvo muy cerca de los Festivales del Habano, mediante la
atención a la revista española Epicur su lema es Placeres privados, virtudes
públicas), y un fuerte vínculo con este mundillo, su nivel sibarita y la
relación con buenos vinos y una visión gourmet de la alimentación.
En esa última etapa fue precisamente que este periodista le conoció,
para representarle algo más allá de esa ejecutoria, de sus constantes chistes,
de su ejemplo de optimismo que espiritualmente me hizo creerme parte de su
familia.
Por tanto, si se marchó de tal manera, y con tal altura en su semblante
y filosofía, bien puede estar en una dimensión paralela, para emplear algunos
increíbles conceptos científicos del momento, y decirnos: Los engañe, aún estoy
aquí, con ustedes, a su lado.
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