El Barrio Chino y los 500 años de La Habana
Por
Roberto F. Campos
Una de las tareas más atractivas de las
desempeñadas a favor de los 500 años de La Habana (16 de noviembre) está en el
renacer del Barrio Chino de la capital cubana, sitio simbólico y sumamente
colorido que atrae a muchos turistas desde todo el mundo.
De ahí que como parte de las remodelaciones
y construcciones por esa fecha reverdece el callejón de Zanja y Rayo, donde
ahora están rejuvenecidos establecimientos comerciales que remarcan la cultura
milenaria de China y su nexo cultural con esta isla.
Por ello, la directora de la Casa de Arte y
Tradiciones Chinas, Teresa María Li Cecilio, explicó que en el cuchillo de
Zanja se ubican la mayor cantidad de centros comerciales que tributan a la
presencia china en Cuba.
Entre ellos mencionó oportunamente la
reinauguración en agosto de 2019 de ocho restaurantes, a los que se incorporan
una heladería y una casa de té totalmente nuevas.
También remozaron el Jardín del Bonsái y se
incorpora de la cadena Cimex una tienda de especies aromáticas, junto a un buro
de información para los turistas.
En esa cuerda, el director de la Escuela
Cubana de Wushu, Roberto Vargas Lee, dijo sentirse feliz con la reanimación del
barrio chino, que llegará a ser uno de los lugares más atractivos de la ciudad.
El
Barrio Chino de La Habana es todo colorido, con el predominio del rojo, y restaurantes de típicos de dicho país, pero
sobre todo, ofrece al caminante platillos que imitan lo mejor posible las
recetas del lejano país. Sin embargo, un estilo muy tropical le inunda, donde
se confunden entre los transeúntes extranjeros deseosos por tener de primera
mano una novedad.
Ubicado a pocos metros del Capitolio, entre
la calle Amistad y Dragones, resultaba el más grande e importante del Nuevo
Continente, y en la actualidad subsiste gracias al espíritu de los
descendientes.
Está compuesto por cuatro o cinco calles
pequeñas, la Calzada de Zanja, Calle Rayo, Calle San Nicolás, y la más
característica de todas, Dragones.
Pero este lugar es prácticamente una leyenda
que comenzó con los primeros chinos que se radicaron en La Habana en 1858,
entre ellos Chang Leng, con una pequeña fonda, y Lam Siu Yi con un puesto de frutas
y hortalizas.
De 1847 a 1874 llegaron a La Habana
alrededor de 150 mil chinos, casi todos hombres, los llamados Culíes para
sustituir a los esclavos africanos. Pero después, desde 1869 hasta la primera
mitad del siglo XX, ocurrieron diferentes oleadas de chinos libres, procedentes
de Estados Unidos.
El Barrio Chino en 1990, inicio su
recuperación, con altas y bajas, pero siempre conservando el legado de esa
nación asiática, como con los festejos por el Nuevo Año Lunar, y ahora se suma
a los festejos por los 500 años de La Habana con el agradecido renacer de
agosto.
Al respecto, la especialista de la Casa de
Artes y Tradiciones Chinas, María Antonia Arozarena, destacó que los cubanos no
son completamente conscientes del papel desempeñado por la cultura china en
Cuba, incluso los habaneros desconocen, en buena medida, cuanto aportaron los
chinos a la forma de comer de los cubanos.
Dijo que desde finales del siglo XIX el
barrio comenzó a gestarse con una marcada presencia de chinos. Hoy no llegan a
70 los chinos naturales que conviven en este barrio, sin embargo, la gente los
sigue identificando como el Barrio Chino de La Habana.
/rfc
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