TURISMO
CONTRA LA COVID-19. OPINIONES DEL EXPERTO CUBANO JOSÉ LUIS PERELLÓ.
Por Roberto F. Campos
La Habana, 13 may .2020. Opiniones, augurios y noticias de diferentes procedencias inundan hoy el panorama del turismo mundial, y Cuba no escapa a ello, aunque con ciertas certezas de expertos como el investigador y catedrático José Luis Perelló.
En sus evaluaciones de la situación actual, incluso publicados en revistas europeas, el entendido cubano aprecia la situación para cuando la pandemia de la Covid-19 termine, como una mezcla de dificultades y el dinamismo propio de este país.
Dice Perelló, que se trata de transitar con independencia y soberanía en medio de un año muy turbulento como lo es el 2020.
Especifica que actualmente, el turismo y los turistas son otros; el concepto de las vacaciones varió, la forma de disfrutarlas es diferente.
Sentencia que la explosiva aceleración de las altas tecnologías está presente en todas las etapas del viaje y marca los derroteros que deberán seguir los destinos turísticos de cada territorio, apoyados por las políticas gubernamentales.
Augura que para el sector turístico cubano, el 2020 representará un año colmado de grandes obstáculos y retos: con una intensificación constante en las restricciones impuestas por el bloqueo (trabas económicas, comerciales y financieras desde hace más de 50 años) y la política estadounidense.
Por demás, apunta el enfrentamiento a la pandemia, cuyas consecuencias afectarán los flujos normales de visitantes internacionales, la adaptación al cambio climático y otros fenómenos meteorológicos, a lo cual se suma la falta de recursos financieros para continuar los proyectos del plan de desarrollo.
La posibilidad que tiene el sector turístico cubano de apropiarse de los beneficios de la actividad depende de varios factores internos, uno de estos es la competitividad de la industria local y su capacidad para proveer a las empresas de ese ámbito en la tan necesaria sustitución de importaciones.
Ningún país puede tener éxito en su desarrollo turístico alejándose de la esfera de la producción endógena. Señala que la inversión en la infraestructura resulta indispensable en el proceso de desarrollo turístico.
En este aspecto, pueden hacerse grandes hoteles, magníficos puertos, aeropuertos y carreteras, pero el real aporte al desarrollo se materializa en la medida que los sectores productores de alimentos, bienes y servicios incrementen aceleradamente sus acciones y producciones.
De esta suerte tales segmentos facilitarían entonces el aprovechamiento eficiente de las infraestructuras.
La actual coyuntura -recalca- exigirá un esfuerzo inclusivo que garantice la sustentabilidad mediante la innovación constante.
Este esfuerzo estará apoyado en el crecimiento de los demás sectores productivos, como respuesta a los cambios del mercado, y que dinamice realmente la economía, manteniendo un equilibrio con lo ambiental y lo social.
También incluye que fomentar y ampliar la oferta de los destinos turísticos cubanos responde no solo a la necesidad de incrementar la capacidad de financiamiento proveniente de fuentes externas, también contribuye a elevar la satisfacción espiritual y material.
La Habana, 13 may .2020. Opiniones, augurios y noticias de diferentes procedencias inundan hoy el panorama del turismo mundial, y Cuba no escapa a ello, aunque con ciertas certezas de expertos como el investigador y catedrático José Luis Perelló.
En sus evaluaciones de la situación actual, incluso publicados en revistas europeas, el entendido cubano aprecia la situación para cuando la pandemia de la Covid-19 termine, como una mezcla de dificultades y el dinamismo propio de este país.
Dice Perelló, que se trata de transitar con independencia y soberanía en medio de un año muy turbulento como lo es el 2020.
Especifica que actualmente, el turismo y los turistas son otros; el concepto de las vacaciones varió, la forma de disfrutarlas es diferente.
Sentencia que la explosiva aceleración de las altas tecnologías está presente en todas las etapas del viaje y marca los derroteros que deberán seguir los destinos turísticos de cada territorio, apoyados por las políticas gubernamentales.
Augura que para el sector turístico cubano, el 2020 representará un año colmado de grandes obstáculos y retos: con una intensificación constante en las restricciones impuestas por el bloqueo (trabas económicas, comerciales y financieras desde hace más de 50 años) y la política estadounidense.
Por demás, apunta el enfrentamiento a la pandemia, cuyas consecuencias afectarán los flujos normales de visitantes internacionales, la adaptación al cambio climático y otros fenómenos meteorológicos, a lo cual se suma la falta de recursos financieros para continuar los proyectos del plan de desarrollo.
La posibilidad que tiene el sector turístico cubano de apropiarse de los beneficios de la actividad depende de varios factores internos, uno de estos es la competitividad de la industria local y su capacidad para proveer a las empresas de ese ámbito en la tan necesaria sustitución de importaciones.
Ningún país puede tener éxito en su desarrollo turístico alejándose de la esfera de la producción endógena. Señala que la inversión en la infraestructura resulta indispensable en el proceso de desarrollo turístico.
En este aspecto, pueden hacerse grandes hoteles, magníficos puertos, aeropuertos y carreteras, pero el real aporte al desarrollo se materializa en la medida que los sectores productores de alimentos, bienes y servicios incrementen aceleradamente sus acciones y producciones.
De esta suerte tales segmentos facilitarían entonces el aprovechamiento eficiente de las infraestructuras.
La actual coyuntura -recalca- exigirá un esfuerzo inclusivo que garantice la sustentabilidad mediante la innovación constante.
Este esfuerzo estará apoyado en el crecimiento de los demás sectores productivos, como respuesta a los cambios del mercado, y que dinamice realmente la economía, manteniendo un equilibrio con lo ambiental y lo social.
También incluye que fomentar y ampliar la oferta de los destinos turísticos cubanos responde no solo a la necesidad de incrementar la capacidad de financiamiento proveniente de fuentes externas, también contribuye a elevar la satisfacción espiritual y material.
Esa satisfacción la aprecia para la mayor
parte de la sociedad cubana que accede a esos destinos, se siente parte de
ellos y piensa como país.
Perelló es uno de los más importantes analistas cubanos sobre el sector turístico y periódicamente realiza evaluaciones sobre los problemas más importantes de este sector en la isla y como enfrentarlos.
/rfc
CUBA ATENTA A LA RECUPERACIÓN DEL TURISMO
La Habana, 12 may. 2020. Cuando aún el impacto de la Covid-19 es latente en el mundo, Cuba se mantiene hoy atenta a las ideas de diversos mercados por recuperar la industria de los viajes cuando se pueda.
Tal parecer lo manifestaron oportunamente dirigente de este país, como el primer ministro cubano, Manuel Marrero, quien expresó tales programas y búsquedas de soluciones paulatinas durante el programa televisivo Mesa Redonda.
Esas ideas son partes de una aceitada maquinaria que en primer término tiene a la salud de la población, tal y como manifiestan sus directivos, y buscan enderezar una economía mermada no solo por la pandemia, sino mucho antes por las presiones de los Estados Unidos contra esta isla.
En ese sentido, un artículo del catedrático e investigador cubano José Luis Perelló, ilustra algunos detalles interesantes. El experto difundió sus criterios mediante medios de prensa europeos y en Internet, lo que llamó la atención del sector de los viajes.
Dijo que en los más recientes dos años, el turismo internacional en Cuba como actividad económica se vio limitado en su desarrollo por problemas estructurales endógenos, de difícil solución.
Entre los más relevantes están la insuficiencia del ahorro doméstico, la escasez crónica de divisas y de financiamientos externos, las distorsiones en el sistema de precios relativos derivadas del uso de un tipo de cambio sobrevaluado.
También aludió a mercados segmentados y la dualidad monetaria y cambiaria, entre otros.
Este escenario contempla la permanencia y recrudecimiento de las restricciones comerciales, económicas y financieras impuestas por el gobierno estadounidense, que mostraron su peor cara a partir de la segunda mitad del año 2019, dijo el entendido.
Por demás, el aumento de las tensiones globales impacta negativamente en muchos países, que son tradicionalmente emisores de viajes y turismo para Cuba desde Europa.
El año 2019 demostró claramente que el orden económico internacional enfrenta incertidumbres y transformaciones que revelan el agotamiento y las limitaciones del actual modelo de desarrollo; dando cuenta de que la recuperación económica será lenta en los próximos años.
Desde Europa, los principales mercados turísticos se vieron afectados por la prolongada incertidumbre ante la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit).
Ello provocó el colapso de Thomas Cook uno de los mayores operadores mundiales de turismo y viajes, lo que perturbó a varias aerolíneas, que afectaron los viajes a 38 países, particularmente de América y Europa, cancelando 8,6 millones de asientos de avión al final de 2019.
Ante estas realidades, que indican que el turismo deberá enfrentar tiempos tormentosos que ralentizarán su crecimiento, el nuevo coronavirus coadyuva a que el escenario se torne aún peor, con pronósticos muy negativos para los próximos meses, recalca Perelló.
No obstante, como en anteriores ocasiones, la industria de los viajes y el turismo mostrará su rápida capacidad de recuperación ante situaciones similares.
Sentencia que la desaceleración de los viajes y el turismo internacional a la subregión del Caribe en particular, de la que Cuba no está exenta, está bajo influencia de tres factores principales.
Entre ellos mencionó el surgimiento de nuevos destinos emergentes en varias subregiones del mundo, la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos, y la ausencia de una renovación real de los productos turísticos en oferta.
Sin lugar a dudas, ese es el panorama que enfrentará Cuba luego de la Covid-19, con planes inteligentes de recuperación y desarrollo.
/rfc
Perelló es uno de los más importantes analistas cubanos sobre el sector turístico y periódicamente realiza evaluaciones sobre los problemas más importantes de este sector en la isla y como enfrentarlos.
/rfc
CUBA ATENTA A LA RECUPERACIÓN DEL TURISMO
La Habana, 12 may. 2020. Cuando aún el impacto de la Covid-19 es latente en el mundo, Cuba se mantiene hoy atenta a las ideas de diversos mercados por recuperar la industria de los viajes cuando se pueda.
Tal parecer lo manifestaron oportunamente dirigente de este país, como el primer ministro cubano, Manuel Marrero, quien expresó tales programas y búsquedas de soluciones paulatinas durante el programa televisivo Mesa Redonda.
Esas ideas son partes de una aceitada maquinaria que en primer término tiene a la salud de la población, tal y como manifiestan sus directivos, y buscan enderezar una economía mermada no solo por la pandemia, sino mucho antes por las presiones de los Estados Unidos contra esta isla.
En ese sentido, un artículo del catedrático e investigador cubano José Luis Perelló, ilustra algunos detalles interesantes. El experto difundió sus criterios mediante medios de prensa europeos y en Internet, lo que llamó la atención del sector de los viajes.
Dijo que en los más recientes dos años, el turismo internacional en Cuba como actividad económica se vio limitado en su desarrollo por problemas estructurales endógenos, de difícil solución.
Entre los más relevantes están la insuficiencia del ahorro doméstico, la escasez crónica de divisas y de financiamientos externos, las distorsiones en el sistema de precios relativos derivadas del uso de un tipo de cambio sobrevaluado.
También aludió a mercados segmentados y la dualidad monetaria y cambiaria, entre otros.
Este escenario contempla la permanencia y recrudecimiento de las restricciones comerciales, económicas y financieras impuestas por el gobierno estadounidense, que mostraron su peor cara a partir de la segunda mitad del año 2019, dijo el entendido.
Por demás, el aumento de las tensiones globales impacta negativamente en muchos países, que son tradicionalmente emisores de viajes y turismo para Cuba desde Europa.
El año 2019 demostró claramente que el orden económico internacional enfrenta incertidumbres y transformaciones que revelan el agotamiento y las limitaciones del actual modelo de desarrollo; dando cuenta de que la recuperación económica será lenta en los próximos años.
Desde Europa, los principales mercados turísticos se vieron afectados por la prolongada incertidumbre ante la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit).
Ello provocó el colapso de Thomas Cook uno de los mayores operadores mundiales de turismo y viajes, lo que perturbó a varias aerolíneas, que afectaron los viajes a 38 países, particularmente de América y Europa, cancelando 8,6 millones de asientos de avión al final de 2019.
Ante estas realidades, que indican que el turismo deberá enfrentar tiempos tormentosos que ralentizarán su crecimiento, el nuevo coronavirus coadyuva a que el escenario se torne aún peor, con pronósticos muy negativos para los próximos meses, recalca Perelló.
No obstante, como en anteriores ocasiones, la industria de los viajes y el turismo mostrará su rápida capacidad de recuperación ante situaciones similares.
Sentencia que la desaceleración de los viajes y el turismo internacional a la subregión del Caribe en particular, de la que Cuba no está exenta, está bajo influencia de tres factores principales.
Entre ellos mencionó el surgimiento de nuevos destinos emergentes en varias subregiones del mundo, la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos, y la ausencia de una renovación real de los productos turísticos en oferta.
Sin lugar a dudas, ese es el panorama que enfrentará Cuba luego de la Covid-19, con planes inteligentes de recuperación y desarrollo.
/rfc
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