Por: Roberto F. Campos
. Uno de los accidentes más usuales entre las personas que hacen carreras está en su talón, sobre todo entre quienes carecen de una experiencia sólida al programar sus ejercicios, lo que puede llevar a crearle una fascitis plantar.
Hay un viejo refrán que reza “Palo por si boga, palo por si no boga”, y esta frase parece tener relación con las personas que guiadas por indicaciones médicas hacen ejercicios a diario, pero olvidan algunas recetas necesarias.
Los consejos de galenos, en todo momento, indican la moderación y una correcta planificación de las prácticas, sobre todo –si es posible- bajo indicaciones de profesores que tengan incluso en cuenta las necesidades o enfermedades en cada caso.
Es por ello, que muchas personas recurren con más frecuencia a ejercicios estáticos asiáticos como el Tai Chi o el Yoga, pues evitan lesiones, con una milenaria sabiduría que aprovecha las condiciones de cada cual.
Saber elegir y el golpe de talón
Sin embargo, es muy frecuente, y entre ellos se incluye este cronista, la ejercitación deliberada, sin tener en cuenta una correcta fase de calentamiento del cuerpo, sobre todo al efectuar carreras.
O por otra parte, realizar largas jornadas de trote, sin tener en cuenta elementos tales como la edad, enfermedades, capacidad, condiciones del terreno, y hasta incluso ropa y calzado empleado.
Entonces ocurre una lesión muy frecuente sobre todo después de los 40 años de edad que afecta al talón y tiene dos variantes posibles la Fascitis plantar o el Espolón Calcáneo (esto también ocurre por causas ajenas al deporte, pero no es el caso que nos ocupa).
Para algunos expertos, el 50 por ciento de los que padecen la primera de estas enfermedades puede llegar a hacer la segunda, con su consiguiente malestar, dolor fuerte al apoyar el pie, y en caso de seguir las marchas un desequilibrio que puede afectar cintura y columna.
La Fascitis plantar es una irritación e hinchazón del tejido grueso en la planta o parte inferior del pie, tal y como lo caracterizan los galenos.
Esta fascia plantar es una banda de tejido muy gruesa que vincula el calcáneo a los dedos del pie y a su vez crea el arco propiamente, por tanto, cuando se estira o usa en demasía puede inflamarse, ser una lesión dolorosa y demorarse en su cura.
Como factores de riesgo están problemas del arco del pie, obesidad, carga repetitiva sobre los pies por largas carreras, sobre todo cuesta abajo o sobre superficies irregulares.
Suman su conteo negativo las posibilidades el aumento de peso repentino, un Tendón de Aquiles tenso, se trata del tendón que conecta los músculos de la pantorrilla con el talón, y calzado de soporte de arco deficiente o suelas muy blandas.
Tantas y tales condiciones pueden provocar este dolor que es necesario realizar un análisis más bien detallado a la hora de realizar deportes, sobre todo si se trata de carreras sobre asfalto, cuando el tipo de terreno aporta dureza a los pies.
Según los doctores, la fascitis plantar afecta a hombres activos entre los 40 y los 70 años, pero muchos jóvenes en plena capacidad física y con reiterada práctica deportiva también pueden recibir esta incomoda dolencia. Por tanto estamos hablando de una afectación ortopédica de las más comunes.
Muchas personas consideran que la fascitis es causada por un espolón en el talón, pero estudios aseveran que no es así, pues pueden aparecer ambas dolencias de manera independiente o vinculada.
El dolor aqueja la parte inferior del talón, agudo en las mañanas, puede mejorar durante el día y en caso de continuar la marcha obliga a renquear al paciente.
Como tratamientos recomiendan aplicación de hielo, o baños de agua con temperaturas extremas entre caliente y frio, medicamentos antiinflamatorios, estiramientos del talón, descansos al menos por una semana, empleo de taloneras, férulas, calzado adecuado o planes de fisioterapia con sesiones de distinto tipo como láser o ultrasonido.
Otras prácticas un tanto más extremas serian inyecciones de esteroides y un tratamiento quirúrgico que ya en la actualidad muchos expertos no aconsejan.
Debido a la dureza de ese tejido, la mejoría aparece al cabo de un año en muchos casos; es decir, una recuperación a largo plazo (www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/007021.htm).
Por tanto, debido a tales molestias para nuestro sistema de locomoción, lo más importante, si la lesión aparece debido a prácticas deportivas, es –independientemente de la edad- controlar un ordenado plan de ejercicios y buscar un peso adecuado.
Ejemplos como estos son necesarios a tener en cuenta a la hora de pensar en que los ejercicios son beneficiosos para el cuerpo humano, pero todo con la consabida moderación y cordura, para sin dejar de estar en movimiento buscar calidad de vida.
rfc/
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