Por
Roberto F. Campos
La
Habana, 21 jun. 2012. Como una exclusiva manera de conocer al tabaco cubano, crece
el deseo de muchos viajeros europeos de acudir a la tienda de Romeo y Julieta,
en esta capital, sitio emblemático para los habanos.
Este comercio no precisamente está en los
barrios más céntricos de La Habana, pero si en el mismo edificio donde
permanece desde hace muchos años la marca que inmortaliza a los amantes de
Verona.
Ubicada en la calle Belascoaín y Peñalver,
en el municipio de Centro Habana, cada día atiende a más grupos de visitantes
extranjeros, sobre todo un ejército de europeos que buscan las novedades
aportadas por el lugar.
Y parece que esos turistas tienen buen
olfato, pues las autoridades tabacaleras y el Grupo Empresarial Caracol que la
administran acaban de declarar al colectivo de la tienda como Vanguardia
Nacional por sus resultados en cuanto a ventas en 2011.
Tal categoría, desconocida por los turistas,
constituye todo un regocijo para los trabajadores del gremio, a partir de un
sistema que examina en profundidad no solo las cifras de comercialización, sino
el conocimiento, experiencia y trato al cliente de los empleados de ese
establecimiento.
Ese equipo de trabajo logró el año anterior
un millón de pesos cubanos en ventas, equivalente a 936 mil 172 CUC o peso
cubano convertible (un CUC es igual a 1,10 dólares).
Además, comenta su gerencia, obtuvieron
saldos favorables en los acápites de costos y gastos, y 49 por ciento de
crecimiento en los ingresos, frente a las cifras de 2010.
El director de esta tienda, René Valdés, ilustró
que además mantienen un considerable crecimiento en las utilidades, aunque la
base de estos triunfos está en las acciones comerciales y la forma de
relacionarse los empleados con sus clientes, siempre con una sonrisa y haciendo
amigos.
De tal suerte, registraron un 96 por ciento
de satisfacción entre los clientes mediante diligente gestión de venta y
excelente comunicación.
Sin embargo, los viajeros que llegan al
lugar de lo que más quieren saber es de habanos, café y rones cubanos, con una
lista muy surtida, en un ambiente acogedor de paredes enchapadas en cedro y
caoba.
La decoración incluye tapices de piel
alegóricos al clásico de Shakespeare, anillas de tabaco y motivos recreados por
artistas plásticos cubanos.
Allí disfrutan los visitantes estantes de
madera preciosa con una amplia colección de productos de elite de esta Isla,
como son los habanos.
La tienda cuenta con un reservado para
clientes VIP (muy importantes) y desde su apertura en 2001 cientos de turistas recorren
el lugar mediante visitas preparadas por agencias como Cubanacán o Cubatur,
incluso llegados desde el balneario de Varadero, hacia el este de La Habana.
Sin embargo, no son solo los europeos los más
asiduos consumidores en el lugar, las procedencias varían desde España,
Francia, Italia, hasta Estados Unidos e incluso Emiratos Árabes. Algunos
guardan sus habanos en el Working Humidor (taquillas) de la tienda, para su
regreso.
Para el Ministerio de Turismo (Mintur) esta
es una de las tiendas más destacadas del sector, entre otros reconocimientos, y
ahora sus dependientes se alzan como Vanguardia Nacional, algo que celebran los
visitantes al conocerlo mientras compran los famosos habanos. rfc/
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