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miércoles, 21 de noviembre de 2012

Día Mundial del Inodoro, o ¿peligros ocultos en cocinas?

 

Por Roberto F. Campos

   Desde que el mundo es mundo, son incontables las novedades en la vida cotidiana, muchas con apariencia de frivolidad, pero cargadas del insospechado ambiente científico, como es el caso del Día Mundial del Inodoro.
   Para el 20 de noviembre de este año, los científicos del Planeta determinaron esta “celebración”, debido a la relevancia del tema y los debates acerca de los lugares más insalubres en un hogar.
   La Web BBCmundo se hizo eco de tal tema, que a fuer de inadvertido parece representar mucho en la salud humana. El primer peldaño en ese asunto está precisamente en limpiar la imagen del cuarto de necesidades inaplazables del cuerpo.
   Los expertos señalan su equivocación al respecto, pues acotan que el asiento del inodoro es uno de los espacios más limpios en una casa, pese a que la gente opine lo contrario.
   Anteponen que existen otros escenarios mucho más contaminantes y las personas ni lo imaginan, como es el caso de la cocina.
   El doctor Chuck Gerba, profesor de microbiología en la Universidad de Arizona, Estados Unidos, examina desde hace tiempo cómo las enfermedades se transmiten en el entorno, a partir de estudiar los objetos domésticos y medir como las bacterias se desarrollan, y en particular qué tipo de microbios acechan.
   Para su análisis incluyó las bacterias fecales E.coli y el staphylococcus aureus, que en muchos casos crean desenlaces fatales para los humanos. Descubrió que el inodoro contiene 50 bacterias por cada 2,54 centímetros cuadrados.
   Al percatarse de esta proporción, consideró que esa pieza hogareña es lo más limpio que se puede encontrar en materia de macroorganismos, no existen muchos espacios y cosas más limpios que esto, quizás de ahí declarar el Día Mundial del Inodoro.
   Argumentó por demás,  que existen 200 veces más bacterias fecales en la tabla de cortar en la cocina que en el inodoro. Al espacio para confeccionar alimentos no llegan directamente las bacterias con heces, sino mediante productos cárnicos o viseras de los animales, y lo más sucio es siempre la esponja de la cocina.
   Existe otros objetos que superan a la tabla en suciedad, y son la esponja y el trapo, pues en una pulgada cuadrada de esponja hay 10 millones de bacterias y un millón en una pulgada cuadrado del trapo de secar platos,  reclama el virólogo John Oxford, profesor de la Universidad de Londres y director del Consejo de la Higiene, organismo internacional.
   Otros lugares de muchas bacterias son el teléfono (nunca se limpia), el escritorio (400 veces mas bacterias que el inodoro), o la bolsa de compras.
    El E.coli es una bacteria indicador, por si sola puede no causar enfermedades, pero indica que existen heces cercanas que si pueden contener otros organismos como la salmonera o la shigella, patógenos realmente perjudiciales.
   Todos tocamos cosas muy sucias diariamente y en general no enfermamos, pues tenemos una evolución de dos millones de años y gérmenes que solo funcionan para activar nuestro sistema inmunitario, explican los expertos.
   Como nota curiosa adicional, un informe de este 2012 señala que Bill Gate, creador de la empresa informática Microsoft, invierte en la actualidad en inodoros, diseñados a partir del empleo de la mosca soldado negro para procesar los residuos. Persigue por tanto el lema de Reinventar el inodoro, con una feria en la ciudad estadounidense de Seattle.
   Algunos de los diseños de la feria exhibieron un retrete con impulso de microondas para transformar los excrementos en energía eléctrica, o carbón vegetal; gama de 28 propuestas para ratificar que todo está por ver en este mundo.
rfc/

sábado, 17 de noviembre de 2012

Un famoso pintor cubano, el turismo y los habanos

Nelson Domínguez explica sus proyectos

Nelson D y obra Catarsis del Juego al fondo

El pintor entrega dos de sus afiches a la prensa

Nelson Domínguez con periodistas



Por: Roberto F. Campos
Fotos: El Autor

   Considerado uno de los pintores modernos cubanos más reconocidos, hoy Nelson Domínguez significa además vínculo ineludible entre el arte y la cultura de este país con el turismo y el mundo del habano.
   Sus obras para la ambientación de hoteles constituyen verdaderas muestras del vínculo con la industria recreativa, como el mismo artista lo reconoce en la actualidad.
   Cuadros de este artista aparecen en hoteles del archipiélago, operados por la cadena española Sol Meliá, con la finalidad de sensibilizar a turoperadores y agentes de viajes, para un contacto mayor de sus clientes con la rica cultura de esta nación.
   Mediante un diálogo ameno en su taller de La Habana Vieja, a unos metros de la Plaza de San Francisco de Asís, la más antigua de la capital cubana, el pintor muestra sus opiniones de manera franca y exhibe su satisfacción por su nexo con la sociedad y sus problemas.
   Precisamente, por esos días convocó a artistas cubanos y extranjeros a donar obras de importancia para una subasta de enero próximo, con la finalidad de destinar la recaudación a los damnificados del ciclón Sandy, que azotó la región oriental cubana.
   Su espectro abarca un amplio margen, pues alguno de sus manteles aparecieron en subasta durante el Festival del Habano, la reunión más importante de los puros Premium en el mundo, que cada febrero acoge a unas mil personas de 70 países en esta capital.
   Domínguez es fumador de habanos, y reconoce que puede escoger cualquier marca por la calidad indiscutible de todas. Fumar un habano al amanecer le ayuda a reorganizar sus ideas, a trabajar, a programar el día, dice con énfasis a este periodista.
   Su vida se mueve por muchas de estas aristas artísticas; en el balneario de Varadero, distante unos 140 kilómetros hacia el este de la capital, también están sus cuadros, en el Meliá Varadero.
   Y en el lobby del Meliá Cohiba de La Habana por lo general siempre hay una obra suya.
   Dejar huellas culturales es importante, y adelanta que en breve irá a Camberra, Australia, donde planea crear una de sus esculturas, en una plaza pública, junto con otros artistas latinoamericanos.
   Turismo, cultura tabacalera, viajes, esencias que forman parte de un todo aun mayor que signa esta vida de artista; campechano, con una gorra, un puro en los labios y, sobre todo, con una sonrisa tanto para el amigo, como para el recién conocido, son huellas indelebles.
   Perteneciente al Club de Fumadores Jean Nicot, de La Habana, exhibe su gusto por el tabaco de este país, junto con otros diplomáticos, políticos y artistas cubanos que también tienen presencia en ese grupo.
   El tabaco cubano es bueno en cualquier momento, ayuda a la reflexión, confiesa.
   Nacido en el oriental poblado de Baire, Santiago de Cuba (23 de septiembre de 1947), creció en la Sierra Maestra donde estuvo hasta los siete años, de ahí su raíz popular, pues trabajó en una finca, en contacto directo con la naturaleza.
   La familia incluso puso a disposición del Ejército Rebelde su casa en épocas de las luchas de este país que dieron origen al triunfo de la Revolución Cubana en 1959.
   Algunas de las reseñas sobre su persona estiman que de pequeño conoció al líder cubano Fidel Castro; esa extracción humilde le proporciona una visión muy popular del momento que le tocó vivir, señales en sus obras y, sobre todo, en su vida y vínculos sociales.
   El enriquecimiento artístico pasa por estudios de acordeón, previo a su ingreso en 1965 en la Escuela Nacional de Arte (ENA), y ya para quinto año apareció entre los mejores expedientes junto a otras glorias cubanas como Pedro Pablo Oliva y Flora Fong.
Taller del artista en La Habana Vieja
   Profesor y artista, constituyeron en esos inicios una simbiosis que le llevó de la mano hacia alumnos de destaque como Zaida del Rio, Rogelio López Marín (Gory) y Flavio Garciandía; docencia hasta 1980.
   Completaron su instrucción seis años en el Instituto Superior de Arte (ISA); ese fue solo el comienzo de una fructífera vida como artista.
   Cuenta con más de 100 exposiciones personales y muestras colectivas tanto en Cuba, como en el extranjero, con colecciones en Japón, Estados Unidos, México, Nicaragua, España, Italia, Alemania, Gran Bretaña, Rusia, Canadá, Argentina, Chile, Brasil, Panamá, y Holanda.
   También sus obras están en Suecia, y en varias instituciones cubanas, con la huella de una convicción poética, y la remembranza del momento y el país en que vive.
Placa de la galería del pintor
   Con su habitual diálogo, frente al cuadro Catarsis del juego - previsto para la subasta de enero-, explica la importancia de esa puja, para ayudar a personas necesitadas; poner en función de las personas su arte y el de muchos otros que deseen participar.
   Reitera la necesidad de una obra original, como Catarsis… que mostró oportunamente a la prensa, óleo sobre tela de 1,80 por 1.98 centímetros.
   Su expresión es convincente; sus ademanes, recordatorios del niño campesino criado en la Sierra Maestra. Sus discrepancias, con los turoperadores que no conducen a los turistas a un conocimiento del arte cubano, que identifican lo repetitivo y no la cultura en sí.
   Nelson Domínguez constituye la asociación del presente con sus necesidades, con el arte; el impacto del turismo como industria de paz y tolerancia, sus gustos con las tradiciones expresadas en el habano; pintor de estos tiempos, emblema de una ínsula en desarrollo.
rfc/




Saborear a lo cubano, peculiar agasajo a La Habana




La Habana, 16 nov.2012.La forma de cocinar los alimentos constituye hoy  peculiar manera de celebrar los 493 años de fundada esta ciudad, cuando profesionales del turismo se reúnen en un evento bautizado como Saborear a lo cubano.
   Desde el 14 al 17 de noviembre, el Hotel Ambos Mundos de La Habana Vieja y otras instalaciones gastronómicas, acogen a unas 200 personas interesadas en homenajear la fundación de esta urbe (16 de noviembre de 1519) mediante las reflexiones acerca de la manera de comer del cubano.
   El sugestivo nombre del encuentro (Saborear a lo cubano) acompaña a una reunión que ya transcurre por su tercera edición y a fuer de unir a expertos en la materia, también atrae a los turistas de visita por estos días en la capital, y sobre todo su parte añeja.
   Conferencias, talleres, catas y degustaciones, componen un programa muy variado con temas sumamente interesantes, entre los que se encuentran El chocolate en la gastronomía, Estilo de vida saludable, Lo tradicional y lo gourmet, Vinos y tapas, o el Proyecto Fiesta Mojito (trago cubano).
   Sin embargo, los mayores atractivos los aportan asuntos como: ¿De dónde son los manjares?, en alusión a una pieza musical tradicional de este país cuyo estribillo señala ¿De dónde son los cantantes?.
   A la lista de tópicos de mayor agarre, se agregan Arquitectura y Gastronomía, ¿Cómo se cocina en el mundo hoy?, Maridaje de habanos y espirituosos, o detalles sobre la reapertura en diciembre próximo de un emblemático bar de los años 20 nombrado Sloppy Joe.
   Unos 30 asuntos llaman la atención de chef, sommeliers, cantineros, directivos del turismo, turoperadores y agentes de viajes, entre otros especialistas del sector reunidos en un ya emblemático Hotel Ambos Mundos, que fuera hogar en su momento del escritor Ernest Hemingway.
   Al programa también se añadió una ruta por Paladares o restaurantes privados, que toman auge en la actualidad económica cubana, y sobre todo impactó de sobremanera la conferencia magistral del historiador de la ciudad Eusebio Leal.
   Una Noche de Guayaberas, resultó la cena de apertura, destacando esa prenda de vestir cubana, consistente en una camisola de bordados, larga y por lo general en color blanco, que ya lleva muchas variantes y formas.
   Los organizadores pusieron especial esmero en las propuestas gastronómicas, mezcla de la tradición cubana y de las adecuaciones a las formas sanas del momento propuesta por la medicina para alimentarse.
   Incluyeron títulos tan interesantes como Entónate a saborear lo cubano como cóctel de bienvenida en cartuchones con casabe y palitroques con oliva y aroma de orégano de la tierra, y extracto de naranja agria con laurel, mezcla de tortilla indígena con hierbas del jardín.
   Esa cena ocurrió en uno de los nuevos restaurantes de la Habana Vieja, La imprenta, homenaje al surgimiento de las letras en este país.
   Y como toque de distinción, también programaron filmes vinculados con la gastronomía internacional y un cierre para el fin de semana en la Plaza Vieja, una de las cinco originarias de esta capital, como un impulso a un turismo con miras a la historia y la cultura del país.
rfc/
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