Por: Roberto F. Campos
De parte de una culinaria variada, muy de moda,
la cultura del queso y el vino toma auge hoy en La Habana Vieja en Le Marriage, nuevo
establecimiento en busca del turismo de alto vuelo.
Lugar
pequeño e íntimo, sin embargo atesora todo un concepto de La Oficina del Historiador de
La Habana
(Eusebio Leal) y de la compañía turística Habaguanex, donde pocos pasos hacen
un largo camino.
Se trata de
un recodo en el camino, en la esquina de las calles Amargura y San Ignacio,
frente a todo un establecimiento de lujo y especialidad como lo es el Hotel
Raquel (inspiración hebrea).
Abierta sus
puertas en enero de este 2014, Le Marriage simplemente la gente la conoce como La Casa del Queso, pues esa es
su especialidad, que ofrece tanto para degustar platillos junto con vino en el
propio lugar, como para llevar.
Con una
carta de más de 15 tipos de quesos, también destaca la decoración del recinto,
de colores justos, y un minimalismo que atrae por los tonos claros y la
iluminación abundante que proviene del exterior mediante sus encristalados.
Para unos
30 comensales, es un lugar agradable en horarios de 1000 horas a 22:00, que
lleva la batuta de Maria de los Ángeles Menéndez, quien siempre recibe con una
sonrisa, e ilustra al consumidor en su plan que tiene mucho que ver con la
cultura mediterránea.
Una
vivienda que en su momento tuvo el peligro de derrumbarse, fue recuperada para
ponerla al servicio del turismo y el buen gusto, de la mano de una amplia carta
capaz de recrear los paladares más exigentes.
Montaditos
de queso azul con salsa de miel, brusquetas de queso mozzarella y tomate,
ensalada de queso gouda y tomate, tabla de quesos, o la degustación Le
Marriage, pueden acaparar la atención de los viajeros gourmet, de la mano de
una copa de vino de la casa.
Allí se
venden gouda, caribe, manchepok, manchego, cabra, azul, frutos secos, aceitunas
y una larga lista de productos que mucho tienen que ver con paladares refinados
y buena alimentación.
Se trata de
una especie de iceberg de la culinaria en La Habana Vieja, donde reina un
turismo muy particular operado por la compañía Habaguanex.
Habaguanex,
precisamente constituye un nombre curioso, pues responde al apelativo de un
cacique aborigen que reinaba en las zonas que van desde el oeste, hoy bahía del
Mariel, hasta la capital actual.
La casa del
queso forma parte de una red de establecimientos mayor, con un complejo
gastronómico particular asociado a la Plaza
Vieja, una de las cinco plazas más importantes de La Habana, en particular de su
parte antigua.
Este
establecimiento combina de manera inteligente una carta de quesos tanto cubanos
como extranjeros, para comer y para llevar, e ilustra detalles de este tipo de
alimentación.
Vinos de
España, Chile u otras procedencias relevantes se dan la mano en materia de
blancos, rosados y tintos, con las variedades alimenticias, incluido incluso la
llamada Timba (en su momento Pan con Timba) que para el cubano común se trata
de queso y jalea de guayaba.
Pues esa
tradición, en Le Marriage se exhibe con rollitos de guayaba y queso, para
estilizar la tradición criolla.
Habaguanex
oportunamente tuvo anuncios en cuanto a nuevas inversiones hoteleras y
extrahoteleras, ya que se encarga de tiendas, restaurantes, puntos de ventas y cafeterías
en La Habana Vieja,
unos 2,5 kilómetros
cuadrados propiamente.
Esta
compañía celebró el 6 de enero de este año su 20 cumpleaños, tiempo en el que
impulsó la restauración de edificios y estructuras antiguas en esa parte de la
capital.
Para
algunos expertos, más del 90 por ciento de los viajeros que llegan a Cuba cada
año, pasan por esa parte del país y disfrutan de sus encantos (las autoridades esperan
al cierre de 2014 atender a poco más de tres millones de visitantes extranjeros).
Informes
oficiales señalan que Habaguanex emplea a alrededor de cinco mil personas que
laboran en 20 hoteles, 38 restaurantes con cinco factorías, más de 80 tiendas y
cerca de 60 cafeterías y bares que conforman la red de influencia de dicha
compañía.
El plan
culinario de Habaguanex abarca prestar servicios y recetas de mucha variedad
con comida cantonesa hasta platillos hebreos, pasando por la llamada culinaria
internacional, china, mexicana, caribeña, y de una disímil procedencia.
Los
principales mercados para el turismo de La Habana Vieja se apoyan en
Europa y Canadá, aunque crece mucho el interés en cuanto a latinoamericanos.
A esos
fines incluso cuentan con una agencia de viajes nombrada San Cristóbal, en
honor al santo patrón de esa parte de Cuba, y que se dedica fundamentalmente a
viajes de interés histórico-culturales.
De igual
manera, los voceros de la empresa, recuerdan un incremento del turismo
estadounidense, en plan de enfrentar las restricciones políticas de su país,
por el ya antiguo diferendo de Washington contra La Habana.
Los hoteles
de La Habana Vieja
llevan una ocupación promedio de temporada alta (noviembre-abril) del 84 por
ciento y las operaciones de dicha empresa facilitan ingresos superiores a los
170 millones de dólares por año.
Entre las
novedades se pueden mencionar establecimientos tan intimistas como El Palacio
del Marques de San Felipe y Santiago de Bejucal, el Hotel Terral y la recuperación
hace un año del Sloppy Joe´s Bar.
Y si de
nuevos proyectos se trata, 2014 tendrá en su seno al Hotel Habana 612 dedicado
a estudiantes de cursos y postgrados de la Universidad de San Jerónimo,
en el centro histórico.
Apareció en
marzo la factoría-cervecería del Antiguo Almacén de la Madera y el Tabaco, en el
puerto, frente a la iglesia de San Francisco de Paula (hoy sala de música) y en
enero el Bar Bigote Gato.
Edificaciones
que forman parte de un plan ambicioso de remodelación de la imagen del puerto,
la bahía, y su entorno que paulatinamente se dedica al turismo y la cultura.
Y en esa
cuerda, Le Marriage, junto a otros escenarios culinarios, conforma un panorama
variado e interesante que cobra vida y clientela en un turismo de cara a la
cultura mundial y sus impactos favorables.
rfc/
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