TURISMO CULTURAL
EN CUBA
Esculturas vívidas
atrapan la atención de turistas en Cuba
Por Roberto F.
Campos
La Habana, 15 de agosto de 2018. La Habana tiene muchas estatuas interesantes,
algunas de ellas ya clásicas y emblemáticas como el Cristo de la Bahía o el
José Martí de la Plaza de La Revolución.
Sin embargo, un paseo curioso puede resultar
aquel en que se busquen esculturas vívidas de famosos, algunas casi ocultas a
la mirada de los caminantes, pero penitentes y con toda una historia
interesante.
De ellos hay muchas estatuas en La Habana,
de diferentes procedencias y épocas. Mencionemos sólo una lista, pequeña pero
simbólica. Muy cerca de Malecón capitalino, un José Martí, Héroe Nacional cubano,
exhibe su clásica levita fruncida, y lleva un niño en brazos.
En La Avenida del Puerto, llegando a la zona
comercial de la bahía, muy cerca de la Iglesia de Paula, se encuentra muy
elegante, Agustín Lara, el célebre compositor mexicano.
Esta escultura fue donada por el pueblo y el
gobierno de Veracruz en noviembre de 2000 y nos conduce al recuerdo de sus
canciones románticas. No faltan las figuras de dioses como Neptuno, en mármol, con
su inseparable tridente señalando la entrada a la Bahía habanera.
Sin embargo, en ese mismo Malecón aparecen
otras figuras interesantes, aunque un tanto desconocidas, como Pierre Le Moyne 0'Iberville,
celebre militar de la Nueva
Francia, hoy Canadá, Almirante de Luís XIV y quien muriera en
La Habana en 1706.
Esta estatua, donada por el gobierno de
Québec, se colocó el 14 de noviembre de 1999 por la Oficina del Historiador de
La Ciudad.
Más desconocido aún es el japonés Hasehura
Rokuemon Tsunenaga, héroe de la ciudad de Sendai, primer japonés que pisó Cuba
en 1614, cuya escultura le perpetúa en un parque capitalino, con tarjas en español
y nipón, vestido con kimono y sugiriendo
la distancia de 11 mil 850 kilómetros que separa a La Habana de Sendai.
Otra estatua muy significativa es la de Don Francisco
de Albear y Lara, colocada en el parque de igual nombre, el 24 de octubre de 1887,
inmediatamente después de su muerte, en las cercanías del hoy famoso
restaurante Floridita. Se trata del creador del acueducto de La Habana, obra
magistral todavía en uso.
En reconocimiento al perdurable aporte
cívico de Albear la fuente integrada en ese conjunto escultórico, rememora el
incansable trabajo de ese experto por dotar a La Habana de su acueducto.
Los últimos tiempos depararon al artista
Jorge Villa un espacio protagónico con sus esculturas al músico de rock Jonn
Lennon, sentado con expresión tranquila y evocadora en el parque de 16, en El
Vedado; a Ernest Hemingway, acodado en la barra del Floridita; a la devota Madre Teresa
de Calcuta, en el patio de la basílica de San Francisco de Asís, en La Habana Vieja; y al
Caballero de París, "caminando”, como perenne transeúnte, frente al mismo
templo de San Francisco.
Mientras tanto, otras imágenes inmóviles y
sin nombre de bellas mujeres desnudas permanecen en eterna observación de la
cotidianidad de La Habana, siempre animadas por el callejeo y el bullicio de
nacionales y turistas. O algunas ya
desaparecieron pero quedaron en el recuerdo como una de Strauss.
Esas esculturas, imágenes, bustos y
alegorías culturales acompañan a un turista que persigue los detalles de una
Habana que el año próximo (16 de noviembre de 2019) cumplirá 500 años.
Rfc/
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