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miércoles, 15 de agosto de 2018

Esculturas que en Cuba atrapan a los turistas. Por Roberto F. Campos


 TURISMO CULTURAL EN CUBA

Esculturas vívidas atrapan la atención de turistas en Cuba
Por Roberto F. Campos

 La Habana, 15 de agosto de 2018.  La Habana tiene muchas estatuas interesantes, algunas de ellas ya clásicas y emblemáticas como el Cristo de la Bahía o el José Martí de la Plaza de La Revolución.
   Sin embargo, un paseo curioso puede resultar aquel en que se busquen esculturas vívidas de famosos, algunas casi ocultas a la mirada de los caminantes, pero penitentes y con toda una historia interesante.
   De ellos hay muchas estatuas en La Habana, de diferentes procedencias y épocas. Mencionemos sólo una lista, pequeña pero simbólica. Muy cerca de Malecón capitalino, un José Martí, Héroe Nacional cubano, exhibe su clásica levita fruncida, y lleva un niño en brazos.
   En La Avenida del Puerto, llegando a la zona comercial de la bahía, muy cerca de la Iglesia de Paula, se encuentra muy elegante, Agustín Lara, el célebre compositor mexicano.
   Esta escultura fue donada por el pueblo y el gobierno de Veracruz en noviembre de 2000 y nos conduce al recuerdo de sus canciones románticas. No faltan las figuras de dioses como Neptuno, en mármol, con su inseparable tridente señalando la entrada a la Bahía habanera.
   Sin embargo, en ese mismo Malecón aparecen otras figuras interesantes, aunque un tanto desconocidas, como Pierre Le Moyne 0'Iberville, celebre militar de la Nueva Francia, hoy Canadá, Almirante de Luís XIV y quien muriera en La Habana en 1706.
   Esta estatua, donada por el gobierno de Québec, se colocó el 14 de noviembre de 1999 por la Oficina del Historiador de La Ciudad.
   Más desconocido aún es el japonés Hasehura Rokuemon Tsunenaga, héroe de la ciudad de Sendai, primer japonés que pisó Cuba en 1614, cuya escultura le perpetúa en un parque capitalino, con tarjas en español y nipón, vestido con kimono y sugiriendo  la distancia de 11 mil 850 kilómetros que separa a La Habana de Sendai.
   Otra estatua muy significativa es la de Don Francisco de Albear y Lara, colocada en el parque de igual nombre, el 24 de octubre de 1887, inmediatamente después de su muerte, en las cercanías del hoy famoso restaurante Floridita. Se trata del creador del acueducto de La Habana, obra magistral todavía en uso.
   En reconocimiento al perdurable aporte cívico de Albear la fuente integrada en ese conjunto escultórico, rememora el incansable trabajo de ese experto por dotar a La Habana de su acueducto.
   Los últimos tiempos depararon al artista Jorge Villa un espacio protagónico con sus esculturas al músico de rock Jonn Lennon, sentado con expresión tranquila y evocadora en el parque de 16, en El Vedado; a Ernest Hemingway, acodado en la barra del Floridita; a la devota Madre Teresa de Calcuta, en el patio de la basílica de San Francisco de Asís, en La Habana Vieja; y al Caballero de París, "caminando”, como perenne transeúnte, frente al mismo templo de San Francisco.
   Mientras tanto, otras imágenes inmóviles y sin nombre de bellas mujeres desnudas permanecen en eterna observación de la cotidianidad de La Habana, siempre animadas por el callejeo y el bullicio de nacionales y turistas.  O algunas ya desaparecieron pero quedaron en el recuerdo como una de Strauss.
   Esas esculturas, imágenes, bustos y alegorías culturales acompañan a un turista que persigue los detalles de una Habana que el año próximo (16 de noviembre de 2019) cumplirá 500 años. 
Rfc/








































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