Fortalezas
coloniales habaneras, atractivo especial para turistas
Por Roberto F.
Campos
La Habana, 24
sep.2018. Cuando la capital cubana se apresta a celebrar el año próximo sus 500
años de fundada (16 de noviembre de 2019) hoy resaltan en el gusto de los
viajeros conocer y fotografiar sus fortalezas coloniales.
Se trata de escenarios con mucha historia,
muy bien conservados y por lo tanto uno de los atractivos más relevantes de La
Habana, creados para proteger la Villa de San Cristóbal de los ataques de
corsarios y piratas.
El
Castillo de los Tres Santos Reyes de El Morro, se posa sobre una alta roca a la
entrada de la Bahía. Las obras duraron 40 años, iniciadas en 1589 y terminadas
en 1630.
Por demás, el Castillo de la Real Fuerza comenzó
su construcción en 1558 y terminaron sus obras 20 años después, en 1578.
La Punta, junto con El Morro, creó un fuego
cruzado contra los atacantes. Se elevó en un saliente, y duró 10 años
levantarlo, para terminarlo en 1600 (30 años antes que El Morro).
En tanto, el castillo de San Carlos de La
Cabaña comenzó a erigirse en 1763 por orden de Carlos III. Plaza de 700 metros
de largo, con un polígono de 450 metros de murallas de bellas líneas.
Estos fueron bastiones de una época colonial
entre ataques de piratas y el deseo español de preservar su colonia. Todo ello
quedó casi intacto y hoy se puede apreciar con facilidad.
Como ejemplo más distintivo está el Castillo
de los Tres Santos Reyes de El Morro, sobre una alta roca a la entrada de la
Bahía.
En la actualidad es un sitio para visitar;
se llega en coche al cruzar el Túnel de La Habana. Allí existen bares,
cafeterías, restaurantes como La Divina Pastora o Los 12 Apóstoles, en honor a
los nombres que poseían sus baterías de artillería más emblemáticas.
El Morro, como simplemente se le conoce,
tiene forma de polígono irregular, con gruesas murallas, se eleva a 40 metros
sobre el nivel del mar y posee baluartes y salientes defensivos.
Y como hecho más distintivo, resultó enfrentar
en 1762 a la escuadra inglesa que se apoderó de él y desde allí propició la
toma de La Habana por Londres que duró 11 meses (hasta el 6 de julio de 1763).
Los viajeros distinguen hoy día por sobre la
fortaleza su torre de 10 metros, su faro marítimo, que sirvió de atalaya y tuvo
varios cambios: al principio alimentado por leña, en 1819 por aceite, en 1928
con acetileno, y finalmente desde 1945 con electricidad.
/rfc
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