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viernes, 9 de agosto de 2024

Fiesta Campesina, un perfecto escenario para disfrutar en Cuba Por Roberto F. Campos. FOTOS: El Autor

 

Fiesta Campesina, un perfecto escenario para disfrutar en Cuba

Por Roberto F. Campos. FOTOS: El Autor

 

CIÉNAGA DE ZAPATA, MATANZAS, CUBA.-  Las fiestas campesinas en Cuba tienen un toque particular de colorido, cuando se reproducen hoy por todo el archipiélago y atrapan miradas turísticas, en particular en un lugar de la Ciénaga de Zapata.

   Guiados por Cubanacán Hoteles, se puede entonces llegar a una finca, que precisamente lleva por nombre Fiesta Campesina, recreación de las peculiaridades del campo de este país, sus hábitos y tradiciones.

   De ahí que Juan Carlos Carrasco Gutiérrez, esperara al equipo de Prensa Latina con un trago de su autoría, que muchos beben cuando pasean por el lugar. Es la bebida insignia y hasta incluso lleva el nombre de esa Finca.

   Es un Barman con más de 30 años de experiencia en la confección de cócteles y atención a los viajeros en diferentes lugares, y desde hace 10 en este recodo del camino.

   Relata que es un moldeable Trago de la Casa, asociado a la caña de azúcar y a la miel. Consiste en guarapo (jugo de la caña), al que se le añaden dos onzas de limón y una gotica de miel, además del ron cubano, a gusto.

   Pero es un trago moldeable porque puede servirse sin alcohol y transformarse en algo sumamente saludable y refrescante, preparado delante de los viajeros, y mediante la conversación agradable del preparador.

   Comenta que el alcohol y el dulce dependen del gusto del turista, y por lo general genera una sonrisa y agrado en el bebedor.  Por estos tiempos lo prueban franceses, alemanes y sobre todo rusos que llegan a la finca, y también escandinavos, portugueses y españoles.

   La Finca propiamente es un resumen en sus áreas de la actividad agrícola y campesina, con animales, carteles, pequeñas instalaciones, tiendas, y un ambiente de recreo especial.

 

CAMINO A LA NATURALEZA DE LA CIÉNAGA

   En trayecto a lugares más agrestes y naturales de la Ciénaga de Zapata está la Finca Fiesta Campesina, muy cerca de la Autopista Nacional, en la carretera que conduce hacia el humedal propiamente.

   Está muy próxima al pueblo Australia, en la provincia de Matanzas, un central ahora sin operaciones, con un museo que recrea la historia del lugar, donde en 1961 los pobladores enfrentaron la invasión de Bahía de Cochinos para derrocar la Revolución Cubana.

   Se trata del primer punto de descanso y disfrute en el camino hacia Guamá, Playa Larga, Playa Girón o cualquier otro sitio de la Ciénaga.

   La Finca es una instalación dedicada a exponer la flora autóctona de los campos cubanos, la diversidad de cultivos de esa región y parte de su fauna. Resaltan el colorido de los árboles flores y plantaciones en combinación con la fauna.

 

   El manjuarí y la jutía son algunas de las especies que preserva. El primero es un pez pudiera decirse prehistórico, cuyo nivel evolutivo pertenece a la época primitiva, mientras que el segundo es una especie de roedor típico de los montes cubanos, reseñan expertos.

   El sitio alberga una especie de pequeño zoológico, encontrándose en su interior venados, pavos reales, conejos y patos que dan al lugar un toque natural y rústico similar al que puede disfrutarse en los campos cubanos.

   Fiesta Campesina posee un bar que, siguiendo las tradiciones cubanas, vende guarapo con fines turísticos desde 1991.

   En los períodos colonial y republicano, la isla de Cuba fue un pilar en el comercio del azúcar de caña a nivel internacional. Esto propició que en el país surgiera una tradición cañera que influyó en aspectos de la vida economía, e incluso en los períodos laborales porque la temporada de zafra movilizaba gran parte de la fuerza laboral del país.

   Desde esos momentos, se hizo popular el Guarapo, bebida energizante, y muy alta en azúcares, consistente en el jugo extraído de la caña a partir de la trituración de sus pedazos, servido con hielo, muy refrescante y puede consumirse acompañado también de ron.

   El toque artesanal de una bebida que se prepara instantáneamente al exprimir la caña, le pone un matiz rústico al líquido, y ese ritual se puede apreciar por los turistas, previo a degustar el trago mencionado.

  La Finca cuenta con un restaurante al aire libre también donde se resaltan platos provenientes de lo más autóctono de la gastronomía cubana.

   El café es otro de los productos de gran calidad, allí, servido con un pequeño fragmento de caña como agitador y granos decorando el plato.

   Entre los entretenimientos del lugar está el canto del camachuelo cubano. Es un ave pequeña cuyo trino es tan apreciado en la región que, en su nombre, se llegan a realizar competencias de canto entre los campesinos de la zona.

   Muy singular es la opción de pasear sobre un robusto toro, como forma de interactuar directamente con los animales del zoológico y a la vez recorrer el lugar desde otra perspectiva.

   Los grupos pueden jugar a la ruleta con una Cobaya (curiel), un juego de suerte que acompañó durante años a los residentes en esta zona.

  Por lo general, se trata de una parada obligada de descanso camino al criadero de cocodrilos, a Guama, y a otros sitios de mucha demanda entre los viajeros en la Ciénaga.

   La Finca fue fundada en 1990, y desde ese momento fue visitada por miles de personas tanto nacionales como extranjeros.

   El variado menú va desde la carne de cerdo,  pollo, pescados, arroz, frijoles negros, ensaladas y variados postres, entre ellos los gustados casquitos de guayaba, junto a un trago también sumamente reclamado, La Piña Colada, y por supuesto disimiles cócteles del amplio recetario cubano.

  Y en caso de buscarse un lugar para pernoctar, pues muy cerca de la Finca, prácticamente en las áreas de este escenario, se encuentra el Batey Don Pedro con 12 cabañas al mejor estilo de los bohíos o viviendas campesinas cubanas.

 

FIESTAS DEL CAMPO CUBANO

  Las fiestas campesinas en esta nación constituyen formas de recreo adoptadas por la población campesina y están en plena vigencia.

  La enciclopedia cubana Ecured, menciona que los jolgorios organizados por el campesino cubano hasta la década del 50 del pasado siglo son muestra de sus características.

  Señalan los entendidos que se encontraron reuniones de este tipo generadas por el ámbito campesino.

   Las halladas son producto de un proceso de ruralización que comprende desde la transformación de ambientes y motivos hasta la asimilación progresiva de otros influjos formales, alejados de la fórmula inicial.

   El estudio de las diversiones del campesino se realizó, en lo fundamental, gracias a los datos obtenidos de los cuestionarios aplicados durante la etapa indagatoria del tema fiestas populares tradicionales en Cuba.

   Muchas fiestas campesinas de esta índole desaparecieron, sin que se hallaran noticias precisas ni descripciones de otras actividades de viejo arraigo y persistencia en las zonas rurales, las mismas tienen estructuras diferenciadas.

  La lista menciona Torneo, la vela del mondongo, la fiesta de la cobija, una mención a un velorio con procesión (San Isidro), las trullas a caballo y a pie. De ellas perviven aún las relacionadas con la cobija y los velorios, en algunas zonas de difícil acceso.ntereses que van desde la lógica diversión o entretenimiento hasta los de carácter laboral, conmemorativo, lucrativo, carnavalesco y religioso. Cada uno de estos intereses o motivaciones se subdivide, a su vez, en correspondencia con la actividad específica dada.

   Si una motivación es laboral puede poseer tres vertientes: comienzo de cosecha, fin de cosecha o ayuda mutua entre vecinos.

   Si es conmemorativa responde a acontecimientos familiares: bodas, bautizos y cumpleaños, o acontecimientos de especial valor dentro del grupo, como algunas fechas de significación patriótica o social.

   Existen cuatro estructuras bien diferenciadas dentro de las fiestas campesinas, las cuales pueden adecuarse a varias de las motivaciones antes expuestas: changüís, parrandas o guateques, torneos o fiestas de bandos, altares, velorios o alumbrados, y fiestas de tambor.

  Pero indudablemente, el colorido mediante pañuelos rojos, sombreros de yarey, vestuario blanco, y faldas anchas, se combina con los pantalones rancheros de la actualidad y el desenfado por el calor reinante, pero siempre con permanencia del Punto cubano, y otros ritmos que prevalecen y se recrean en el lugar visitado.

/rfc











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