TURISMO
E HISTORIA
La
ineludible parada en La Demajagua, donde comenzó Cuba
Por
Roberto F. Campos, FOTOS EL AUTOR
La
Demajagua, Granma, Cuba. Jue 10 de octubre de 2024. La nacionalidad cubana se
forjó en lucha contra la colonización española el 10 de octubre de 1868, cuando
destaca La Demajagua (Oriente) donde hoy se perpetua la historia, parada
obligada para los viajeros.
Se trata de un lugar siempre renovado en la
memoria y las notas, que este periodista pudo retomar de la mano del director
de ese Parque Nacional, Reinier Olivera, apasionado de la historia y de lo que
atesora ese lugar.
Dicho Parque Nacional de La Demajagua, fue
abierto en 1968, precisamente en momentos de celebrar el centenario de tales
gestas, que ahora cumplen 156 años.
La primera mirada ofrece monumentos y
recuerdos, un camino pulcro y asfaltado que nos lleva al museo donde están los
datos sobre el acontecimiento y a donde llegan turistas tanto nacionales como
extranjeros.
Un paisaje muy especial abruma en el
sobrecogimiento de lo que por esos lares ocurrió y puso de relieve a Carlos
Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, como lo conocen los cubanos.
La Demajagua es una finca cerca de la villa
de Manzanillo. Fue el histórico lugar donde se realizó el Alzamiento conocido como
Grito de Yara, que marcó el comienzo de la Guerra Grande, la primera de las
tres de independencia, siendo las otras dos la Guerra Chiquita (1879-1880) y la
Guerra de 1895 (1895-1898).
Por tanto, todo comenzó por este lugar, y
moldeo lo que sería la nacionalidad cubana. Se trata de uno de los hechos más
relevantes y de mayor trascendencia en la historia de esta nación. Hasta ese
instante eran criollos, españoles, esclavos africanos y otras procedencias, a
partir de ese instante el crisol de procedencias cuajaría en una sola.
Sede del ingenio azucarero del mismo nombre,
propiedad de Carlos Manuel de Céspedes, por tanto fue el escenario donde dio
inicio a la primera guerra, que comenzó el proceso de abolición de la esclavitud,
en consecuencia, lugar primigenio y fundacional.
LA
MENCIÓN DEL TEMPLO DE LA PATRIA
Como Templo de la Patria se le conoce al
lugar, y sobre ello existe coincidencia de todos los cubanos donde quiera que
se encuentren y profesen la inclinación política o religiosa que sea.
En este lugar se confeccionó el estandarte símbolo
del levantamiento, la Bandera de Demajagua, y que se hiciera jurar a las 10 de
la mañana del sábado 10 de octubre de 1868, para luchar hasta alcanzar la
libertad. Bandera levantada por primera
vez para convocar a la Guerra de los 10 Años y por lo tanto Monumento Nacional.
En el ingenio La Demajagua, a escasos 13
kilómetros de la ciudad de Manzanillo, Céspedes proclamó la independencia y
libertó a sus esclavos, en la carretera hacia el municipio costero de
Campechuela.
La jardinería, la carretera que te lleva en
un vehículo hacia la entrada y lo retocado y cuidado del lugar, compulsa además
a los grupos permanecer en silencio para escuchar las narraciones del Director.
Limita al norte con la finca El Ranchón, por el sur con el asentamiento rural
llamado La Escondida, por el este con la finca Los Letreros, y al oeste con el
mar.
El terreno es regular, con la excepción de
una pendiente que lleva al mar, a 670 metros y hasta donde llegaba la línea
férrea para transportar hasta los buques el azúcar producido en el ingenio.
Allí se conservan en un espacio al aire
libre algunas piezas retorcidas por el tiempo de lo que fue esa industria, y
una rueda dentada como parte de un árbol, símbolo grafico del lugar.
La primera referencia que se tiene de este
lugar, finca rústica Demajagua, data de junio de 1843, cuando José Joaquín
Palma (1844-1911, poeta, periodista) le vendió a Magín Plá un pequeño trapiche
con la acción de la caballería de tierra en el paraje nombrado de esa manera. La
Demajagua, perteneciente al cuartón Punta de Piedra en el Partido de Yaribacoa
(sitio ubicado entre los ríos Yara y Jibacoa, de ahí el nombre de Grito de
Yara).
En 1858, contaba con 14 esclavos y 16 caballerías de
tierra, equivalente a 544 hectáreas, de las cuales solo tres estaban cultivadas
de caña, y se alcanzó una producción final de 150 bocoyes de miel o melaza
(mascabado). El 14 de marzo de 1866 el
patricio bayamés Carlos Manuel de Céspedes (1819-1874) compró a su hermano Francisco Javier la finca.
Los registros señalan que en manos de Carlos
Manuel la finca mejoró mucho. De solo tres caballerías de la finca plantadas de
caña, en 1867 ya eran 10, es decir que incrementó en siete el número de
caballerías de caña en busca de crecimiento productivo.
Al proclamar el inicio de la Guerra tendría
unos 200 esclavos y sumó a 150 patriotas en la conspiración que fraguó tiempo
antes, el patriota tenía 49 años.
El 17 de octubre de 1868, las partes
fundamentales de la finca: el ingenio, la hacienda y el barracón, fueron
destruidos producto de la represalia del gobierno español. El ingenio, de
hecho, fue convertido ese día en la primera propiedad cubana destruida durante
la Guerra Grande.
La lucha duró una década, de ahí el nombre
de Guerra de los 10 años o Guerra Grande dado a este primer momento fundacional
de la cubanía, que terminó en el Zanjón (Camagüey), con un pacto que en nada
colmó las ansias de libertad.
Luego de terminada la guerra en 1898, las
tres guerras, La Demajagua, fue atendida por los Veteranos de la Guerra de
Independencia y por la Logia Masónica, la cual, en 1928, erigió un obelisco en
honor al Venerable Maestro Hortensio, seudónimo de Céspedes.
Dicho bautizo fue por parte de los miembros
de la Logia Buena Fe que, en abril de 1868, se constituyó en la ciudad de
Manzanillo y lugar donde cobraron valor los planes insurreccionales.
El lugar lo integra una sala museo de
carácter memorial y un área abierta al público, con una parte de esta enchapada
en lajas que incluye un muro confeccionado sobre piedra, el cual es muestra de
la arquitectura simbólica de la Revolución, del que está soportada en un
triángulo espadaño la Campana original del ingenio.
Frente a esta construcción las ruinas del
ingenio, y también en el área abierta y cerca al Museo un espacio también
enchapada en lajas que soportan otras piezas originales de la antigua fábrica.
La Campana original del ingenio, está
entrelazadas por un árbol de Jagüey que nació en el propio lugar donde antes
fue la casa de máquinas.
Existe allí una colección de cerámica
encontrada en 1968 por un grupo de arqueólogos, mientras se construía la obra
histórica en el período que va desde el 21 de junio hasta el 30 de agosto de
ese año. Se suman grilletes y cadenas encontrados también en el lugar, armas
mambisas y otros objetos.
Destaca el guía que es territorio de cultura
y formación, con conferencias, y conversatorios y rememoró actos políticos cada
10 de octubre, con uno significativo el 9 de noviembre de 1976, donde participó
el líder cubano Fidel Castro (1926-2016).
Otra de las curiosidades de ese espacio está
en la siembra simbólica, el 8 de enero de 1981 de una Palma Real sobre tierra
del lugar histórico, llevada al cosmos conjuntamente con una bandera réplica de
la enarbolada en La Demajagua, por el cosmonauta cubano Arnaldo Tamayo Méndez
(42 años en la actualidad, el viaje fue el 18 de septiembre de 1980).
Son muchos los símbolos del lugar, empezando
por la Bandera de Carlos Manuel de Céspedes, la que presentara el 10 de octubre
de 1868 a sus seguidores y ante la que proclamara: ¿Juráis vengar los agravios
de la patria?, a lo que respondieron los presentes, Juramos.
El otro gran símbolo es La Campana del
Ingenio, que quedara como parte de los escombros y tuviera varios destinos
hasta que un Fidel Castro de 21 años propicio su rescate y conservarla en La
Habana, de manos de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).
Luego de varios vaivenes volvió a Manzanillo
hasta ser entregada en 1947 y en 1968, cuando se construye el Parque, la campana fue depositada en el arco
elipsoidal donde está, simbólicamente la Isla de Cuba, para que apareciera
junto al resto de las ruinas del Ingenio. Hoy sigue en el sitio histórico
concebido para ella en La Demajagua.
Por su parte, está el propio árbol de Jagüey,
porque no imaginaron los españoles que el sitio bombardeado por ellos con sus
cañones Neptuno el 17 de octubre de 1868, se convertiría en el más sencillo
pero profundo templo, y como imagen muy repetida esa planta.
El Jagüey es un árbol lechoso,
científicamente se le denomina Fisus Crassmervia Will, de la familia de los
Moraceae, el primario se secó en 1998 a pesar de muchos esfuerzos para su
salvación. Sin embargo, el Jagüey Padre daría a su lado un hijo, herencia
perfecta porque el de hoy se conserva en el mismo lugar, mantiene vitalidad y custodia también las piezas
originales.
Mucho se puede escribir de La Demajagua,
pero la impresión general de quienes llegan al lugar es de recogimiento,
admiración e interés por conocer los detalles que allí se atesoran sobre el
inicio de llamarse Cubano.
/rfc
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