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sábado, 17 de abril de 2010

Fallecen dos grandes del turismo cubano: Smith y Robaina



Por Roberto F. Campos

La Habana, 17 Abr. 2010. Abril trajo las desagradables noticias de la muerte del chef Gilberto Smith Duquesne y el cosechero de tabaco Alejandro Robaina, dos personalidades del mundo del turismo cubano que hoy permanecen en las memorias de quienes les conocieron.
Smith falleció el 9 de abril a los 90 años luego de una fructífera carrera gastronómica que le vinculo de sobremanera a las recetas de langosta, mientras Robaina feneció el 17 de abril a los 91 años quedando como símbolo de los habanos.
El jefe de cocina, además de ser Presidente de Honor de la Federación de Asociaciones Culinarias de la Republica de Cuba (FACRC) tuvo muchos títulos de diferentes sociedades del gremio en todo el mundo.
Smith al morir era Dr. H.C. Chef, Miembro Honorario de la Asociación Mundial de Sociedades de Chefs, fue cocinero de destacadas personalidades culturales y políticas, tanto cubanas como extranjeras.
Además resultó Miembro de Honor de la Academia Culinaria de Francia, la Asociación de Restauradores Gastronómico de las Américas (AREGALA) y Doctor Honoris Causa de la Universidad de Poznán, Polonia.
Sus gestiones le colocaron como un constante promotor de la empresa CARIBEX, con recetas propias sobre la langosta y profesor de escuelas culinarias de Japón, Canadá y España.
Entre otros reconocimientos contaba con la Medalla de Oro de la Asociación Culinaria de Japón, avalada por el Emperador Hiroito, o la Medalla de Oro de la Federación Alemana entre más de una veintena de reconocimientos de mucho nivel, tanto locales como globales.
Fue una figura singular, de dialogo ameno y cargado de conocimientos tanto de culinaria como historia, y acumuló anécdotas tan interesantes como cocinarle el capo mafioso Mayer Lanski en los años 50 del pasado siglo y elegir quedarse en Cuba pese a las propuesta de este para acompañarle a los Estados Unidos.
Por su parte, Robaina resultó la única persona viva en inspirar una marca de habanos, los Vega Robaina, de mucho éxito en el mercado mundial.
Alejandro Robaina Pereda, nació el 20 de marzo de 1919 en la provincia habanera de Alquizar.
Aunque su familia siempre tuvo desde el siglo XIX hacienda en las Cuchillas de Barbacoa, municipio de San Luis, provincia de Pinar del Río, la más occidental de Cuba, región tabacalera más relevante.
Desde 1954 Robaina recibe reconocimientos como mejor cosechero de tabaco. En aquellos momentos la Asociación de Cosecheros de Cuba lo nombró Mejor Productor. En 1998, se le galardonó como el mejor productor de tabaco de Cuba y en 2002 alcanzó el título de Hombre Habano del Año en la esfera de comunicaciones.
Desde que en 1997 apareció la nueva marca Vegas Robaina, el mundo cambió para este campesino, y partir de ese momento se convirtió en embajador del habano en el mundo, sin abandonar sus labores agrícolas, con visitas a El Líbano, El Cairo, Italia, España, Francia, Suiza, Rusia, Luxemburgo, Argentina y otros lugares.
Ambos hombres estuvieron muy vinculados al turismo cubano y a su desarrollo como industria, comparables con la relevancia del músico cubano Compay Segundo (Francisco Repilado), fallecido a los 95 años.
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Don Alejandro Robaina: embajador del Habano




Por: Roberto F. Campos

. Recientemente falleció, el 17 de abril de 2010, el más reconocido cosechero de tabaco de Cuba, Alejandro Robaina, con quien este periodista conversó oportunamente y por la prominencia del tema, y como homenaje a su fructífera vida reproducimos a continuación esa entrevista.

Su rostro cuenta con tantas huellas del sol como un marinero. Su expresión aporta la sabiduría del agricultor dedicado en vida y alma al tabaco, la hoja benefactora que se convirtió desde su niñez en juego, estudio, profesión y, sobre todo, alegría.
Don Alejandro Robaina Pereda tiene una vejez muy activa, de esas que dan envidia. Se considera un hombre feliz, un cubano muy especial que sin cursar estudios de diplomacia es, por derecho propio, el embajador del Habano, ese puro artesanal que todos los aficionados quieren fumar.
Estamos hablando de un buen amigo, conversador versátil, en quien se aglutina la fantasía campesina, la ocurrencia criolla y la seriedad en el trabajo. No por gusto es considerado el Mejor Cosechero de tabaco de Cuba, que es mucho decir.
Por demás, resultó como Hombre Habano del Año en la esfera de las comunicaciones en febrero de 2002, debido a su amplia ejecutoria en materia de promover los Habanos durante sus constantes viajes por el mundo.
Y tal es su fama, que en una oportunidad el famoso cantante pop Sting le pidió un autógrafo. El británico, fumador de puros, le admira como artesano de esas joyas vegetales: los Habanos.
Robaina, cuyo apellido aparece en una marca de puros cubanos, nació el 20 de marzo de 1919 en la provincia habanera de Alquizar debido al azar, pues su familia siempre tuvo desde el siglo XIX hacienda en las Cuchillas de Barbacoa, municipio de San Luis, provincia de Pinar del Río, la más occidental de Cuba, de donde tuvieron que mudarse por malos tiempos y a donde regresaron.
Esta familia se inició con Leopoldo Robaina y Jerónimo Pereda, en 1843, de Santander e Islas Canarias respectivamente, quienes compran las tierras que después laboraría Robaina hasta su muerte.
“El tabaco es parte de mi vida. Yo tuve oportunidad de haber sido un profesional, un doctor en medicina, de haber abandonado esto y dedicarme a los estudios, pero preferí el tabaco”, confesó a este periodista.

Cosechero y amigo

Los recuerdos de Robaina están muy ligados al humo del tabaco, a su aroma que disfruta, reconociendo el valor de su obra:
“Empecé a fumar a los 10 años, siempre escondido de mi padre, pues en aquel tiempo si me agarraban fumando tabaco… pero bueno, yo cogía unas hojitas y me las echaba en el bolsillo y cuando iba al campo me encendía mi tabaco y fumaba”.
Robaina siempre fue muy querido por su familia, vecinos y trabajadores de su finca; con sus recursos ayudó a impedidos físicos, patrocinó un asilo de ancianos, una escuela y siempre estuvo atento a las necesidades de amigos y familiares.
Las tierras de Don Alejandro Robaina producen unos 280 quintales de hojas de tabaco de alta calidad por año. Abarcan unas 15 hectáreas, que fundamentalmente se dedican al tabaco, aunque también a frijoles, a la cría de algunos animales.
En épocas pico de zafra cuenta con alrededor de 80 trabajadores, muchos de sus familiares y otros obreros agrícolas facilitados por el estado.
En la finca de Robaina se cultiva sólo capa para la exportación. Esa vega esta dividida en seis partes donde sus familiares se dedican a cultivar tabaco a campo raso, mientras él lo hace bajo tela.
¿A qué atribuye su éxito? “Bueno,- respondió en ese entonces- lo primero al amor que le tengo a la tierra y al tabaco, cuando uno le tiene amor a una cosa la cuida y es lo que yo he hecho”.
Desde 1954 Alejandro Robaina recibe reconocimientos como mejor cosechero de tabaco. En aquellos momentos la Asociación de Cosecheros de Cuba lo nombró Mejor Productor. En 1998, se le galardonó como el mejor productor de tabaco de Cuba y en 2002 alcanzó el título de Hombre Habano del Año en la esfera de comunicaciones.

El embajador del Habano

Desde que en 1997 apareció la nueva marca de habanos Vegas Robaina, el mundo cambió para este campesino, y por primera vez salió de su terruño al extranjero, a regañadientes.
“En 1997 voy a Madrid. Ponte a pensar que yo soy un campesino, un hombre de la tierra, y verme en aquel público… Fue muy impresionante para mí, la primera vez que salía de Cuba. Había tenido la oportunidad de haber salido, no como productor, sino en visita familiar, pero no lo hice parte por la bobería mía de que siempre quería estar en el campo, creía que si no estaba aquí no se producía”.
Robaina estuvo entonces en El Líbano, El Cairo, en Italia seis veces, en España recorrió muchos lugares, en Andorra, en México varias veces, Francia, Suiza, Rusia, Luxemburgo, Argentina. Siempre tenía por lo menos 25 invitaciones oficiales por año, de las que cumplía aproximadamente con dos por motivos de su trabajo y familia.
Una persona que siempre recordaba a amigos y conocidos, charlaba afablemente y estaba dispuesto a nuevas amistades, esa es la imagen más real que sobre este relevante trabajador del campo y figura significativa del turismo cubano queda en la memoria.
rfc/

Gastronomía y puros Gilberto Smith: de Meyer Lansky a Fidel Castro



Por: Roberto F. Campos

. Recientemente, el 9 de Abril de 2010, falleció uno de los más destacados chef de cocina de Cuba de todos los tiempos, Gilberto Smith Duquesne, esta entrevista, inédita en algunas de sus partes, constituye un homenaje a esta personalidad del turismo y la gastronomía cubana.

Cuando en la segunda parte del filme "El Padrino", el capo mafioso Meyer Lansky pregunta por su cocinero al llegar a La Habana, se estaba refiriendo a un cubano que recientemente falleció (9 de abril de 2010) quien residió hasta sus últimos días en la capital de la mayor de las Antillas, con muchas historias, algunas de ellas narradas oportunamente a este periodista.
Gilberto Smith Duquesne siempre fue un hombre de buena salud, cinco hijos ya encaminados en la vida y una amplia experiencia en el mundo del linaje. Su vida, sin embargo, dependió de personajes famosos de entre los que se pueden sacar, como parametrales, a Lansky y a Fidel Castro, de quienes fue su cocinero.
Cuenta que comenzó como ayudante de su padre cuando tenía solo nueve años y ya a los 12 era cocinero en una casa de huéspedes de La Habana vieja (en Obrapía 364), en el mismo edificio donde se editaba el periódico Prensa Libre.
Luego de muchos vaivenes llegó al hotel Siboney (Prado y Neptuno), ya desaparecido, donde se atendía a una comunidad de por lo menos 500 hebreos, que luego de escapar del escenario europeo de la II Guerra Mundial se refugiaron en el Caribe.
Esos judíos aparentaban pobreza, pero eran dueños de diamantes y un buen dineral que guardaban con celo. Algunos comían frugalmente, pero todos exigían una confección impecable de los platos.
Allí Smith, como todos le nombran, aprendió a realizar una serie de platillos a la manera exacta que le gusta a los judíos y así garantizó su plaza y dio brillo a una carrera culinaria que sería muy exitosa.
Entre los años 40 y 50 cocinó en los principales restaurantes y cafeterías habaneros, como El Cosmopolita, El Patio, la Zaragozana, el Floridita, el Miami, después rebautizado como Caracas (ahora A Prado y Neptuno), o en los hoteles Inglaterra y Plaza. El prefería, confesó, cambiar dinero por aprendizaje, pero realmente le iba bien en cuanto a salario.
En esa época pasó de unos 40 pesos que como aprendiz alcanzaba, hasta los 140 pesos cubanos.
Se veía como una persona solvente y rápidamente llegó al Carmelo de la calle Calzada, donde la flor y nata del Vedado, un distinguido barrio capitalino, acudía a merendar y a almorzar.
En ese sitio fue cuando conoció a Meyer Lansky, quien ya en los finales de los 50 del siglo pasado realizaba negocios con el gobierno de Fulgencio Batista a partir de un concepto por el cual la mafia estadounidense se apoderaría de una línea costera de La Habana para casinos de juego y establecimientos de recreo. Fue la mejor década de la gastronomía cubana, comenta el entrevistado.
Con Lansky llegaba su estado mayor: el abogado Julius Rosengard, los jimaguas Smith, mister Felman,.. eran todos de origen judío, acaudalados que tenían una presencia sobria, como el chef recordó.
Parece que cuando el mafioso comenzó a preparar su equipo de cocineros en el Hotel Riviera, a unas cuadras del lugar (aun se extiende majestuoso en el Malecón habanero), se interesó por el personal de El Carmelo.
El caso fue que Smith resultó elegido, el tercer puesto de 89 aspirantes, y comenzó a trabajar en ese hotel, inaugurado en diciembre de 1957, como parte de la cadena proyectada. La oferta era jugosa pues le propusieron de entrada 570 pesos más otros abonos y propinas, pagados en su totalidad "por debajo de la mesa", como se dice, debido a que el salario era controlado por los sindicalistas, quienes admitían hasta un máximo de 250 pesos, por empleado.
Allí se lució Smith y una mañana cuando el cocinero de Lansky faltó, el futuro gran chef se acercó a la mesa y propuso sustituirlo en el desayuno.
Meyer Lansky se mostró incrédulo y le pregunto si el sabia hacer su desayuno, totalmente hebreo. "Si queda mal usted me despide", respondió Smith, y fue probado.
Después de ese día, Gilberto Smith se convirtió en el cocinero cubano del mafioso.
Cuenta que Lansky era de un comer equilibrado, ni mucho ni poco, pero sobre todo platillos hebreos, como el "Maxe Hebrai" (como se pronuncia) una especie de galleta para diabéticos que se llama "Maxe"; se remoja en leche y se hace un revoltillo, se le echa sal y se acompaña con frutas.
Smith era experto en esa gastronomía y pronto tuvo los regalos de su jefe. "Sabía que si ponía su mano en el bolsillo derecho sacaría algún billete de mil dólares y si por el contrario tocaba su bolsillo izquierdo seria de 500, porque tenía fajos de esa cantidad solamente", explicó.
"Siempre se preocupaba por mi y por mi familia, y cuando en 1959 triunfa la Revolución Cubana, me llama un día y me propone que le acompañé en su regreso definitivo a los Estados Unidos", recordó.
A Smith le garantizó un salario más que decoroso y la atención a toda su familia, con visas y ciudadanía de por medio. El chef le agradeció su deferencia, pero le dijo que él no abandonaría su país, "soy cubano y de aquí no me marcho", contestó.

La otra vida de Gilberto Smith

Con la partida de Lansky, cambiaron las tareas del chef y en poco tiempo se convirtió en un asesor para las nacientes instituciones estatales. Tuvo que explicar a muchos cocineros como organizar comedores de los cuales surgieron más de tres mil para obreros y estudiantes.
Trabajaba hasta 20 horas diarias y garantizaba que en algunos sitios se prepararan hasta 18 mil raciones por turnos (almuerzo o comida).
Para ese entonces debía moverse, casi a diario, entre un extremo y otro de la Isla, por establecimientos de estudiantes becados, escuelas deportivas, centros de todo tipo, pero no abandonó los deseos y el gusto por cocinar.
Comenzaron entonces los grandes banquetes y en algún que otro sitio apartado, sobre todo cayos de recreo, le cocinó a Fidel Castro. El rememora que el mandatario en un principio apenas tenía tiempo para detenerse y degustar una buena mesa, pero luego debió atender a invitados extranjeros, cuyas recepciones eran preparadas por Smith.
Trabajó en ese tiempo en la embajada de la ex Unión Soviética, sobre todo con el primer diplomático de ese país aquí, Alexander Alexeiev, amigo de Ernest Hemingway en la larga estancia habanera del escritor, más de 20 años. Alexeiev y Smith trabaron entonces una extensa amistad.
Para el chef, Fidel Castro es un excelente gourmet, de los mejores que aun existen en Cuba. En una oportunidad preparó varios platos que requieren de un tiempo exacto, y el dirigente con su comitiva se demoró 20 minutos.
Luego de la cena, el presidente se le acercó y le dijo: "Smith, se te pasaron los camarones". Perdone Comandante (como le dicen muchos cubanos), pero fue usted quien se demoró. "Tienes toda la razón", contestó el líder.
Smith cuenta esta historia para ratificar los conocimientos de su comensal predilecto, quien ama los buenos vinos, la cocina española,
por su procedencia -su padre era gallego-, y prefiere excelentes
quesos como el Camembert.
Precisamente, relata nuestro interlocutor, Fidel ordenó la preparación de una serie de expertos cubanos en Francia para desarrollar la industria quesera local, que hoy sin ser muy profusa tiene productos que en nada envidian la calidad de los galos.
Junto a Fidel Castro supervisó varios establecimientos en el país y ya se le hizo habitual al mandatario la figura robusta de su cocinero, de semblante afable y siempre dispuesto para el trabajo.
Smith se entusiasma cuando confiesa que al presidente le encanta
preparar platillos, cocinar langosta o camarones; "incluso tiene un
gusto particular y una imaginación envidiable, pues a distintas
recetas le añade algún ingrediente que las hace más sabrosas", dijo.
"Todo lo prepara con estilo, buscando siempre el más refinado
procedimiento para que cada platillo quede a punto", acotó el
testimoniante.

El cocinero de los famosos

Gilberto Smith trabajo para el cantante Nat King Cole, la actriz
Brigitte Bardot, el actual presidente francés, Jacques Chirac,
el ex primer ministro griego, Andreas Papandreu, para Edith Piaf,
Maurice Chevalier, el Rey Farut de Egipto, derrocado en 1956, entre
una larga lista que va desde tiempos antaños hasta el presente.
Por ejemplo, al celebrarse en el lujoso restaurante Las Ruinas de
La Habana (1994) los 150 años de creada la marca de habanos H.Upmann,
preparó esa cena que costó 300 dólares por cubierto a una pléyade,
centenares de personas, de famosos dentro del arte y el comercio, preámbulo de lo que actualmente es el Festival del Habano, en cada febrero.
El cocinero recibió la misión en los años 60 y 70 de trabajar en
la cancillería cubana en Paris. Desde allí realizaba viajes a
distintos sitios donde se ofrecía alguna recepción por los
aniversarios de la Revolución Cubana, además de innumerables comidas
en la capital francesa.
Mas de mil banquetes, sin contar otras comidas, este hombre preparó en su vida; pero en Paris estuvo el eje de su cumbre culinaria.
Antes de llegar a la Ciudad Luz, la excelencia de la cual siempre
hizo gala tuvo su espacio más elitista en el restaurante Normandie,
del kilometro 22 de la carretera a la occidental provincia cubana de
Pinar del Rio (ya tampoco existe).
A ese lugar acudían las mas encumbradas fortunas criollas de los
años 50 como los Gómez Mena, los Mendoza, Antonio Tarafa, Carlos
Párraga, la Condesa Revilla Camargo,.., quienes se hacían acompañar
por artistas famosos.
Allí todo era recetario francés, vinos franceses, pastelería
francesa, por el Normandie paso la Bardot, invitada por el
acaudalado Salomón Maduro y otros muchos; fue donde Smith les
cocinó y donde le congratularon por sus conocimientos y delicadeza.
A Chirac lo conoció en Paris, cuando era ministro de la
agricultura, durante una exposición, en el stand cubano; el titular
era reacio a probar cualquier plato y Smith le presentó una receta a
base de camarones. Fue probándolos delante de él hasta convencerlo
para que se introdujera en la boca tan siquiera uno: Chirac lo
degustó y entonces se comió el plato completo y le pidió que se
hiciera cargo del hotel parisino Meridan.
Smith no aceptó la propuesta, pero si asesoró a sus cocineros para
que prepararan tan exquisitos platillos, a la cubana.
En ese mare magnum de viajes y aventuras gastronómicas, recorrió
en su vida más de 80 países (Francia, Bélgica, España, Alemania,
Grecia, Japón, Estados Unidos, Canadá, México, e hizo amigos en
Viena, Austria, por ejemplo...). En ese deambular surgió la receta
"Langosta al Café".
Estaba preparando en Paris una langosta Thermidor, que a él le
demoraba unas dos horas hacerla de tanta exquisitez y se le vierte en
la masa café "Caracolillo" cubano, con mucho aroma.
"Lo intente todo para eliminar ese gusto, pero no desaparecía",
narra. Vierte crema, leche, queso parmesano, nada... entonces
decide enviar el plato a la sala donde comía Paul Berliet, un
afamado gourmet, con quien las autoridades cubanas gestionaban un
importante trato comercial.
Smith quedó temeroso de la reacción. Había frio y el estaba
sudando, hasta que fue llamado a la mesa y le felicitaron por ese
plato. Interrogado por Berliet sobre la forma de prepararlo le
respondió Smith: "Es una receta especialmente confeccionada para
usted, se llama Langosta al Café".
Y lo más asombroso es que luego ganó primeros premios en Italia y
Bélgica, con esa receta.

Los "Cohibas" me apasionan, los "steak" también

Gilberto Smith gustaba de fumar buenos puros, por supuesto habanos,
"los mejores" según afirmaba. "Antes fumaba demasiado, ahora..." no
explica.
La marca que más le gusta es la "Cohiba", surgida en 1966. En los años 60 Smith viajaba con el grupo de trabajo del mandatario cubano y recuerda que en Moscú se intoxico, pues llevaba en el bolsillo unos "tabaquitos" deliciosos de los que fumaba el presidente, dice el que le llamaban "Yaguitas". Solo, en su cuarto, por la noche, casi degusto un mazo completo.
"Eran cigarros especiales, sin anilla, pero hechos a mano, con una
dedicación única por parte de los más experimentados tabaqueros!, y
en Cuba hay muchos expertos torcedores!", enfatizó Smith.
Para él los puros van muy bien entre comidas. En definitiva,
conceptuó, esos lujos son para personas sanas, independientemente de
lo que digan los médicos. Los médicos, añade, dicen que no se debe
fumar y ellos mismos fuman.
Me parece un ritual muy elitista y estupendo el fumarse una
panetela, o un Montecristo, cuando toque su turno. También añadir
a este recetario los mejores licores, quizás pensaba en un Edmundo
Dantes, el ron del Havana Club con 25 años de añejamiento.
Pero sus gustos como comensal están en los T-bone Steak (carne
de primera) con papas Chateaubriand, o un acompañamiento de brandy
Courvoisier. Comidas y bebida que él consideró en ese momento que por su edad ya le eran un poco perjudiciales, sobre todo por el apoyo de buenas salsas, fuertes.
Como cocinero prefirió las langostas. Completó más de 160 recetas que
recrean este marisco, al igual que otra larga lista de preparados
para pescados y camarones.
Este hombre pudo vender más de 100 millones de dólares de
langosta cubana por el convencimiento al cual llevó a millonarios y
hombres de negocios, solo con algunos de sus preparados.
Los platillos los ponía a disposición de sus comensales y estos se
chupaban hasta los dedos, luego abrían sus chequeras y anotaban
cifras casi sin límites. Su bandera de chef fue siempre la langosta que pasea hoy todos los confines.
En marzo de 1996 asistió al 27 Congreso de la Federación Culinaria
Internacional, en su calidad de uno de los 43 miembros de su Comité
de Honor. Un viaje que para él fue muy significativo pues la reunión
se realizo en Israel, donde volvió a sus orígenes al chocar con la
cocina hebrea, por donde prácticamente empezó.
Este chef acumuló más de 50 condecoraciones: Presidente de Honor,
vitalicio y fundador, de la Federación de Asociaciones Culinarias de la República de Cuba, Medalla de Oro de la Academia Francesa y de la Japonesa, esta última con aval del emperador Hirohito, mérito que solo lo tienen 17 personas en el mundo, todos nipones, menos él.
Además, está en el cuadro de honor de las asociaciones culinarias
estadounidense, española y de otra larga lista de países, e impartió
clases en distintas universidades como la British Columbia de Canadá.
Qué más decir de la vida de un hombre. De la existencia de alguien que dedicó todo su tiempo y esfuerzo al desarrollo del turismo de su país.


PREMIOS Y RECONOCIMIENTOS CULINARIOS INTERNACIONALES

• Medalla de Oro de la Asociación Culinaria de Japón, avalada por el
• Emperador Hiroito.
• Bandeja de Plata. Congreso Austro – Húngaro. IKAHOGA.
• Orden “Amigo del Cocinero”, Italia.
• Medalla de Oro Olimpiadas “IKA 84”.
• Medalla de Oro Federación Culinaria Canadiense.
• Medalla de Oro Especial Festival de Vancouver.
• Medalla de Oro de la Federación Alemana.
• Plato de Plata Asociación de Restauradores Gastronómicos de América Latina y el Caribe (AREGALA).
• Gorro de Oro de la Corporación Cubanacán.
• Distinción por la Corporación Internacional Hotelera de Restaurantes
Afines.
• Distinción por promover la Identidad e Integración de las
• Culturas Latinoamericanas y del Caribe a través de la Gastronomía
• (Circulo Gastronómico, Lima-Perú)
• Distinción “Mejor Chef del Milenio”.
• Distinción cubana “ Por la Cultura Nacional”
• Orden Nacional “Nicolás Guillén”. Cuba
• Premio Internacional “Caterina de Medici”, Italia
• Medalla de Honor de la Federación de Asociaciones Culinarias de la República de Cuba,
• Medalla Miembro de Honor por la “Mesa de los Chef .

MEMBRESIAS HONORARIAS

• Miembro de Honor Asociación Culinaria de Japón.
• Miembro Efectivo Academia Culinaria Francesa.
• Miembro de Honor Asociación de Chefs British Columbia.
• Miembro de Honor “Los Gorros Blancos” de España.
• Miembro de Honor de la Asociación Culinaria de Suiza.
• Miembro de Honor de la Asociación Mundial de Sociedades de Cocineros (WACS).
• Miembro Activo de “Les Toques Blanches”, Francia.
• Miembro de Honor de la Federación Culinaria Alemana.
• Miembro del Club “La Casserole de París”.
• Miembro de Honor Vitalicio Federación Culinaria Estadounidense.
• Miembro de Honor Asociación de Chefs de Sudáfrica.
• Miembro de Honor y Medalla de la Asociación de Restauradores Gastronómicos de América Latina y el Caribe (AREGALA).
• Profesor Honorario del Instituto de Administración Hotelera y Turismo de Lima, Perú.
• Miembro de Honor Gran Academia Culinaria Hispanoamericana.
• Miembro de Honor de la Academia Culinaria de Francia.
• Miembro de Honor de la Federación de Chefs y Cocineros de Canadá. Miembro Honorario de la “Escuela Integral Gastronómica de Córdoba, Argentina”. Diploma de Honor de la Asociación de Chefs de Bolivia. Socio Honorario de la Asociación de Chefs de Costa Rica
• Miembro Eminente de la Federación de Asociaciones Culinarias de la República de Cuba.
rfc/

viernes, 16 de abril de 2010

Habanos Montecristo convocan a copa internacional de Golf



Por Roberto F. Campos

La Habana, 16 Abr.2010. Como parte de la diversificación de las ofertas vinculadas a los Habanos, los más famosos puros Premium del mundo, hoy las autoridades tabacaleras convocaron a una competencia internacional de golf bajo el nombre de Montecristo.
Un comunicado oficial emitido por la corporación Habanos S.A. indica que el 24 de abril próximo en el balneario de Varadero celebrarán la Copa Montecristo de este deporte con la presencia de 72 jugadores de nueve países.
Ese balneario es precisamente uno de los puntos recreativos más importantes del país, distante a 140 kilómetros hacia el este de La Habana, la capital, y con una fuerte infraestructura recreativa.
Esta lid constituye la segunda edición de su tipo, Montecristo Cup de Golf (www.themontecristocup.com), y responde al nombre de una marca de tabaco, cuya vitola o tipo Montecristo 4 es la más vendida en el mundo de una cartera de 34 marcas y cerca de 300 especificidades.
Señala la nota, que la primera edición resultó en 2009 con la presencia del sudafricano Ernie Els, una figura representativa de este deporte, quien resultó invitado de honor en esa oportunidad.
Para la actual edición, prevén la presencia del jugador español Álvaro Quirós, destacado en el circuito europeo en los últimos años.
Insiste el informe, que están inscriptos 72 jugadores, tanto amateurs como profesionales, procedentes de Alemania, Canadá, Francia, España, Estados Unidos, Japón, Mónaco, Reino Unido y Cuba.
Como novedad, participará el canadiense Graham Cooke, tres veces campeón sénior en su país.
La competencia estará organizada por la empresa Palmares S.A, responsable de los eventos de golf en Cuba, junto con el Grupo Esencia, reflejo el reporte.
El escenario tanto del certamen como de su premiación será el Varadero Golf Club (www.varaderogolfclub.com), de 18 hoyos y muy representativo de este deporte en la Isla.
Comenta el informe oficial que la edición pasada apareció en publicaciones internacionales especializadas como Golf Monthly, y Golf Punk, y en cadenas globales como CNN, Reuters y NBC.
Los expertos consideran al tabaco cubano tipo Premium, hecho a mano, como el mejor del mundo, y las autoridades aprovechan esa prominencia para promover eventos de mucho atractivo como el Festival del Habano, en febrero de cada año, y ahora esta copa de golf.
rfc/

Comercializan en el mundo habanos Cohiba Behike




Por Roberto F. Campos

La Habana, 16 Abr. 2010. El tabaco cubano más exclusivo de todos los tiempos, el Cohiba Behike, comienza a comercializarse en diferentes mercados del mundo, indicó hoy un comunicado oficial de la corporación internacional Habanos S.A.
La nota señala que esta línea constituye la más sobresaliente del momento y empezó a llegar a los mercados, sobre todo a la franquicia La Casa del Habano, con más de 100 establecimientos en todo el orbe.
Agregan, que esos puros Premium estarán completamente disponibles para los amantes del tabaco de esta Isla a finales de este mes, aunque ya empiezan a llegar lotes a los diferentes lugares de venta.
El Cohiba Behike, presentado en febrero de este año durante el Festival del Habano, en esta capital, constituye la línea más exclusiva de esta ya prestigiosa marca y aparecerá en tres formatos, BHK 52, BHK 54 Y BHK 56, con un precio superior a la media, aun sin precisión exacta.
Tal producción es extremadamente limitada e incorpora por primera vez en su ligada, en las tres vitolas, hojas de tabaco llamadas “medio tiempo” que suministra un carácter y sabor únicos. Por demás, se añade una anilla con dos hologramas identificativos y de alta seguridad.
Comentan las autoridades que este cigarro se convierte en el secreto mejor guardado de Cohiba, marca creada en 1966 y primera en aparecer luego del triunfo de la Revolución Cubana en 1959.
Por tanto, además de simbólica, la marca es la más prestigiosa de la cartera de Habanos S.A. y ese nombre, Cohiba, responde a un instrumento aborigen con el que los primigenios habitantes de esta Isla encendían las hojas, elementos presenciados por los exploradores españoles en 1492.
Y precisamente, la persona que dirigía las ceremonias de esa planta y los rituales religiosos llevaba el nombre de Behike.
Agrega el comunicado que en abril de 2010 finalmente sale al mercado la nueva línea, muy esperada por los fumadores en todo el mundo.
Esta novedad se fabricará cada año con las mejoras hojas de la región occidental cubana de San Juan y Martínez y San Luis, en Vuelta Debajo de la provincia de Pinar del Rio.
Todos estos habanos serán elaborados en la fábrica El Laguito, de la capital de manera limitada, lo que añade un valor a este producto ya de por sí de muy alto nivel.
La hoja que lleva, el Medio Tiempo, también se denomina Fortaleza 4, y es muy escasa pues proviene de la parte superior de la planta de tabaco cultivada al sol, cuando no todas las plantas las producen.
Para lograrlo, es necesaria una esmerada dedicación del cosechero y constante atención a su desarrollo, con fuerte influencia del clima. Por su posición en la planta concentra mayor intensidad del sabor y fortaleza a la hora de confeccionar el puro.
El BHK 52 cuenta con un cepo o diámetro de 52 (20,64 milímetros) por un largo de 119 milímetros y por nombre de galera –como lo llaman los torcedores- aparece como Laguito No.4.
Le sigue el BHK 54 ce cepo 54 (21,43 milímetros) por 144 milímetros de largo y nombre de galera Laguito No. 5; el BHK 56 lleva cepo 56 (22,22 milímetros) por 166 milímetros de largo y en galera Laguito No. 6. Cada vitola está presente en estuche lacado de 10 unidades.
Cuba es famosa por sus tabacos Premium, hechos a mano, considerados los mejores del mundo por la triple condición de suelo, clima y experiencia de los productores.
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