Por Roberto F. Campos
La Habana, 16 sep.2017. El malecón de La Habana es
un lugar mítico. Una imagen singular y especial que todos atesoran en las fotografías
que toman o en la memoria, ahora con un recuerdo desagradable, el del huracán
Irma.
Este
fenómeno atmosférico paso por casi toda Cuba del 5 al 11 de septiembre de este
2017, en algunos lugares con vientos por encima de los 200 kilómetros por hora,
aunque en la capital su fuerza resultó de tormenta tropical, unos 100 kilómetros.
No
obstante, el malecón en algunas de sus partes fue símbolo del embate del mar
debido al meteoro, de ahí que les mostremos algunos ejemplos de antes del
problema y durante, sobre todo en áreas del Parque Maceo, cerca del Hospital
Hermanos Ameijeiras.
Pero es
bueno recordar que es el Malecón de La Habana, considerado por muchos como la mayor
fiesta cubana de los sentidos, sencillo espacio habanero, frontera de mar, olas
y espuma, atractivo escenario para enamorados.
El
Malecón habanero, constituye un lugar verdaderamente famoso, sobre todo
teniendo en cuenta el calor de los veranos (julio y agosto en particular) que
es necesario mitigar en esa línea costera, quizás acompañado de una guitarra,
de los amigos, o de un amor.
Un lugar
con mucho lustre, estilo y estirpe, de una villa fundada el 16 de noviembre de
1519, cuando ese lugar significa todo un símbolo para los habaneros, y para los
viajeros de muchas partes del mundo.
Como todo
símbolo, sus más de seis kilómetros de extensión acaparan una vista litoral
fantástica. Se extiende, desde el Torreón de La Chorrera en la parte oeste,
hasta muy adentro de la Bahía de La Habana, con puntos de contacto tan
interesantes como la fortaleza de La Punta.
Es un
sitio de cultura y turismo, de romance e imagen, cuando realmente tiene varios
nombres, el de las calles que le componen, como: Avenida de Céspedes, de Maceo,
de Washington, Avenida de Pí y Margall; patriotas o personalidades lo arropan
en su decursar.
En el
siglo XVIII abandonó su condición de sitio de malezas y los vecinos empezaron a
apreciar su encanto y el mar, para el siglo XIX se empleó su litoral oeste como
asiento de instalaciones para baños, con casetas de madera y lugares llamados
La Playita y El Progreso.
La idea
de Paseo Marítimo aparece en 1863 de la mano del ingeniero militar Francisco de
Albear y Lara, era un malecón alto, y se unía un trazado para ferrocarriles,
esto en los proyectos iniciales.
Pero el
Malecón actual, el que se conoce, comenzó a construirse en 1901 bajo la
intervención militar estadounidense, concibiéndose los primeros planos por
ingenieros de ese país y pensado con un estilo del Riverside Drive de Nueva
York.
Con el
transcurso de los años y la fuerza del mar, el Malecón perdió algunos de sus
encantos iniciales por un lado y por el otro se aplican constantemente remodelaciones,
y exhibe lugares tan turísticos como La Fuente de la Juventud, cercana a los
hoteles Meliá Cohiba y Riviera.
Ahora le
tocó, nuevamente, enfrentar las fuerzas de la naturaleza de las que siempre
sale airoso.rfc/
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