Por Roberto F. Campos
La Habana, 16 sep.2017. El malecón de La Habana es
un lugar mítico. Una imagen singular y especial que todos atesoran en las fotografías
que toman o en la memoria, ahora con un recuerdo desagradable, el del huracán
Irma.
Este
fenómeno atmosférico paso por casi toda Cuba del 5 al 11 de septiembre de este
2017, en algunos lugares con vientos por encima de los 200 kilómetros por hora,
aunque en la capital su fuerza resultó de tormenta tropical, unos 100 kilómetros.


El
Malecón habanero, constituye un lugar verdaderamente famoso, sobre todo
teniendo en cuenta el calor de los veranos (julio y agosto en particular) que
es necesario mitigar en esa línea costera, quizás acompañado de una guitarra,
de los amigos, o de un amor.

Como todo
símbolo, sus más de seis kilómetros de extensión acaparan una vista litoral
fantástica. Se extiende, desde el Torreón de La Chorrera en la parte oeste,
hasta muy adentro de la Bahía de La Habana, con puntos de contacto tan
interesantes como la fortaleza de La Punta.


La idea
de Paseo Marítimo aparece en 1863 de la mano del ingeniero militar Francisco de
Albear y Lara, era un malecón alto, y se unía un trazado para ferrocarriles,
esto en los proyectos iniciales.

Con el
transcurso de los años y la fuerza del mar, el Malecón perdió algunos de sus
encantos iniciales por un lado y por el otro se aplican constantemente remodelaciones,
y exhibe lugares tan turísticos como La Fuente de la Juventud, cercana a los
hoteles Meliá Cohiba y Riviera.

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