Turismo cubano y protección medioambiental, claves
del presente
Por Roberto F. Campos
LA HABANA.- Las autoridades cubanas mantienen hoy
una preocupación constante por un balance apropiado entre la protección
medioambiental y la explotación de las áreas protegidas a favor del turismo de
naturaleza y aventuras.
Dicho
criterio lo expresó a este periodista el coordinador del programa de turismo
sostenible del Centro Nacional de Áreas Protegidas, Elvis Milián.
Señaló que
su instancia pertenece al Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente
(CITMA) de Cuba que tiene muy en cuenta tanto el desarrollo de la industria de
los viajes como la capacidad de carga de los lugares más visitados.
Dijo que
recientemente, durante el XI Evento Internacional de Turismo de Naturaleza
Turnat 2017 (26 al 30 de septiembre, Holguín-Baracoa) explicó a los asistentes
las características de este sistema en el archipiélago.
En Cuba
existen 211 áreas protegidas identificadas y de ellas, menos cuatro que son reservas
naturales, el resto puede emplearse en las distintas modalidades de turismo,
como Parques Nacionales en adelante, o sea reservas ecológicas, refugios de
fauna, entre otras.
Incluso
puede aplicarse este concepto a las APRM (clasificación del CITMA) que tienen
en su interior a otras áreas de mayor restricción, debido a la conservación
necesaria.
Ejemplificó
con la región de Buena Vista en el centro de la isla, que tiene en su interior
al Parque Nacional Caguanes, al Caimanes y el refugio de fauna Cayo Santa María,
Las Loras y otros espacios ilustra estas clasificaciones.
De esos
territorios aparecen seis que tienen codificación internacional como Reservas
de la Biosferas, categoría otorgada por la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Explicó que
justo en el oriente cubano, donde ocurrió el más reciente Turnat, existen dos
Sitios Patrimonio Mundial Natural, el Parque Nacional Desembarco del Granma (en
la provincia del mismo nombre, Granma) y el Alejandro de Humboldt.
Relata el
experto que en concepto permitir entrar a lugares de este tipo a los turistas
debe ayudar, pues se trata por lo general de individuos que tienen una
conciencia de protección medioambiental y les gusta beneficiar estos distritos
Ello
permite conocer las zonas pero a la vez realizar el menor impacto posible en
ellas, detalla.
No quiere
decir que todo el que realiza un sendero sea ecologista, de ahí que se
monitorean por expertos los parámetros de esos escenarios, y en ocasiones se
abren unas rutas pero se cierran otras según la necesidad, como ocurre debido
al paso de huracanes.
Todas las plazas
protegidas cuentan con un plan de manejo según su categoría, y en esos planes
se incluyen los senderos, la conservación y diversas actividades.
En
dependencia de que la categoría sea más baja, se puede explotar más o admite la
construcción de hoteles, siempre respetando el entorno, recalca el entendido.
Detalla que
se trata de un sistema bien engranado donde participan varias direcciones de la
administración central del estado.
El 80 por
ciento de las resguardadas lo administra la Empresa para la protección de la
Flora y la Fauna que pertenece al Ministerio de la Agricultura.
Sobre estas
administraciones el programa de turismo sostenible del CITMA realiza un papel
de asesoría, o jurisdicción metodológica, ello se traduce en apertrechar a
quienes trabajan en esos lugares de conocimientos para el mejor manejo de
dichos espacios.
De ahí que intervengan
el Ministerio de Agricultura, los guardabosques, la academia de ciencias, el
Ministerio de Turismo, y las diferentes direcciones que actúan en una región.
En materia
de turismo un interés particular está en los viajeros que realizan la
observación de aves, que cobra fuerza en el mundo, cuando en este país existen
28 áreas para esa actividad, que por demás difunde la necesidad de la
conservación.
Esas partes cuentan con una lista de su fauna
que pasa a la base de datos de Internet, y de ahí a los seguidores en el mundo
de tal modalidad recreativa y científica.
Es un
sector muy especializado, y a la isla llegan con esa finalidad (observar aves)
viajeros de Europa, como franceses, británicos, y nórdicos, también estadounidenses,
y en esos grupos se incluyen botánicos, y otros profesionales.
Por demás,
el programa de turismo sostenible realiza además un trabajo con las comunidades
y los prestatarios de servicios al turismo, para integrarlos a una estructura y
fomentar el conocimiento.
Ello
permite las mejores prácticas y protección en las áreas que visitan los
turistas, sean nacionales o extranjeros, para tener conciencia de los
materiales reciclables, como deshacerse de los desechos y este tipo de
instrucción.
Cuba pretende
cerrar 2017 con la atención récord a 4,7 millones de visitantes foráneos, en un
entorno con más de 67 mil habitaciones en hoteles, y el desarrollo de la
diversificación de modalidades recreativas en las que entran naturaleza,
aventuras y ruralidades.
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