Ginebra, los suizos y los demás
Por Roberto F. Campos
Ginebra, 26 jun. 2019. Indudablemente que Ginebra constituye una ciudad europea muy atractiva para el turista que busca la cuna de los mejores relojes, orden, flores y un ambiente repleto de gente amable, los suizos.
Sin embargo, a cada paso por esta urbe, sobre todo en los comercios, encuentra mucho más que suizos: latinoamericanos, afganos, filipinos, buena cantidad de españoles, africanos y de cuantas partes se les ocurra imaginar.
Ahora en un cruento verano que incluso llega hasta valores tan tropicales como los 33 grados centígrados, la ciudad cobra colorido y las calles un movimiento inusitado.
Es el caso que un grupo de 18 periodistas de 16 naciones latinoamericanas fueron invitados por la Organización Mundial del Comercio (OMC) para recibir de primera mano información sobre este tan debatido y actual tema como es el intercambio global.
Pero en sus ratos libres, el grupo se dio a la tarea de conocer la ciudad, como es usual en estos casos, y buscar conocer suizos, pero en muchos lugares lo que más conocieron fueron a sus compatriotas, y a españoles asentados aquí desde hace más de 20 años.
Un paraguayo que gestiona un puesto de comida rápida mostró alegría y un diálogo afable, mientras los periodistas comían de pie, y rápido, para seguir camino (un enorme Bocata o bocadito de una flauta de pan y mucho en su interior que resulto novedad).
Por demás, en el barrio antiguo los informadores conocieron a Benito, un español con más de 20 años en Ginebra y que está a punto de jubilarse para recorrer buena parte de América Latina y a quien se le aguaron los ojos al conocer los ancestros ibéricos de varios de los visitantes.
Eso incluso ocurrió en la cerca de la casa donde vivió el escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), quien andaba al bar de la esquina, y escogió ese lugar para terminar su recorrido por esta vida.
Pero el apurado programa del grupo les llevó por un cruce de ríos, al margen de su programa que incluyo incluso charla económica en los salones de la sede de los organismos de Naciones Unidas, enorme edificio que impresiona por su belleza y gentío.
Este periodista, incluso en un momento casi se pierde en dichos salones en busca de sus compañeros, pues se separó a tomar algunas fotos y al seguir la marcha se encontró un enjambre de funcionarios que hablaban en más de 10 idiomas distintos.
Por tanto, lo más interesante, es que el grupo realmente con quienes más dialogó, fue con gente de otras partes, nada de en alemán, inglés o francés, y si mucho en español, y de una afabilidad suiza como expectativa, se pasó a otra no menos perfecta que es la del latinoamericano en el extranjero.
Tal crónica es aceptable si tenemos en cuenta que Ginebra, en francés Genève, en arpitano Genèva, en alemán Gen, es una ciudad y comuna de la Confederación suiza, ubicada cerca de la frontera con Francia, capital del cantón de Ginebra verdaderamente cosmopolita y hermosa.
Es la villa más poblada de Romandía y la segunda de Suiza después de Zúrich. Se encuentra situada a la salida del Ródano (a donde los periodistas fueron para ver el cruce de ríos) del lago de Ginebra, y es la capital de la República y Cantón de Ginebra.
De ahí que con población de cerca de 200 mil habitantes, la mayoría de los organismos internacionales, ser una de las ciudades más caras del mundo, y al margen de los Baume et Mercier, Chopard, Patek Philippe, Rolex, u Omega, quizás sus verdaderos embajadores sean extranjeros y hablen español./rfc
Por Roberto F. Campos
Ginebra, 26 jun. 2019. Indudablemente que Ginebra constituye una ciudad europea muy atractiva para el turista que busca la cuna de los mejores relojes, orden, flores y un ambiente repleto de gente amable, los suizos.
Sin embargo, a cada paso por esta urbe, sobre todo en los comercios, encuentra mucho más que suizos: latinoamericanos, afganos, filipinos, buena cantidad de españoles, africanos y de cuantas partes se les ocurra imaginar.
Ahora en un cruento verano que incluso llega hasta valores tan tropicales como los 33 grados centígrados, la ciudad cobra colorido y las calles un movimiento inusitado.
Es el caso que un grupo de 18 periodistas de 16 naciones latinoamericanas fueron invitados por la Organización Mundial del Comercio (OMC) para recibir de primera mano información sobre este tan debatido y actual tema como es el intercambio global.
Pero en sus ratos libres, el grupo se dio a la tarea de conocer la ciudad, como es usual en estos casos, y buscar conocer suizos, pero en muchos lugares lo que más conocieron fueron a sus compatriotas, y a españoles asentados aquí desde hace más de 20 años.
Un paraguayo que gestiona un puesto de comida rápida mostró alegría y un diálogo afable, mientras los periodistas comían de pie, y rápido, para seguir camino (un enorme Bocata o bocadito de una flauta de pan y mucho en su interior que resulto novedad).
Por demás, en el barrio antiguo los informadores conocieron a Benito, un español con más de 20 años en Ginebra y que está a punto de jubilarse para recorrer buena parte de América Latina y a quien se le aguaron los ojos al conocer los ancestros ibéricos de varios de los visitantes.
Eso incluso ocurrió en la cerca de la casa donde vivió el escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), quien andaba al bar de la esquina, y escogió ese lugar para terminar su recorrido por esta vida.
Pero el apurado programa del grupo les llevó por un cruce de ríos, al margen de su programa que incluyo incluso charla económica en los salones de la sede de los organismos de Naciones Unidas, enorme edificio que impresiona por su belleza y gentío.
Este periodista, incluso en un momento casi se pierde en dichos salones en busca de sus compañeros, pues se separó a tomar algunas fotos y al seguir la marcha se encontró un enjambre de funcionarios que hablaban en más de 10 idiomas distintos.
Por tanto, lo más interesante, es que el grupo realmente con quienes más dialogó, fue con gente de otras partes, nada de en alemán, inglés o francés, y si mucho en español, y de una afabilidad suiza como expectativa, se pasó a otra no menos perfecta que es la del latinoamericano en el extranjero.
Tal crónica es aceptable si tenemos en cuenta que Ginebra, en francés Genève, en arpitano Genèva, en alemán Gen, es una ciudad y comuna de la Confederación suiza, ubicada cerca de la frontera con Francia, capital del cantón de Ginebra verdaderamente cosmopolita y hermosa.
Es la villa más poblada de Romandía y la segunda de Suiza después de Zúrich. Se encuentra situada a la salida del Ródano (a donde los periodistas fueron para ver el cruce de ríos) del lago de Ginebra, y es la capital de la República y Cantón de Ginebra.
De ahí que con población de cerca de 200 mil habitantes, la mayoría de los organismos internacionales, ser una de las ciudades más caras del mundo, y al margen de los Baume et Mercier, Chopard, Patek Philippe, Rolex, u Omega, quizás sus verdaderos embajadores sean extranjeros y hablen español./rfc
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