El
Parque del Agrimensor, presencia turística en Cuba
Por
Roberto F. Campos
LA
HABANA.- El Parque del Agrimensor
constituye un escenario poco común para el turismo, pero hoy muy apetecido por
quien quiere llevarse un recuerdo gráfico de La Habana, en una Cuba muy de
viajes y vacaciones, sobre todo para muchos europeos.
Está relacionado ese parque con el
ferrocarril, y buena muestra de ello la dan viejas locomotoras colocadas en
diversas partes del lugar y que sirven tanto de sombra como de perfecto entorno
de recreo.
Algunos historiadores dan cuenta de su
importancia. El Parque del Agrimensor, en las inmediaciones de la
Estación Central Ferroviaria, en la Habana Vieja, exhibe un grupo de
locomotoras centenarias.
La Empresa de Restauración de Monumentos, de la Oficina del Historiador
de la Ciudad (OHC), construyó este museo al aire libre, entregado en saludo al Aniversario
490 de la fundación de la Villa de San Cristóbal de La Habana (fundada el 16 de
noviembre de 1519, próxima a los 505).
Allí hay una exposición con cuatro máquinas centenarias de vapor, entre
las cuales se encuentra la locomotora 1112, marca Baldwing y fabricada en 1878,
que se utilizó en la filmación de la película sobre José Martí, bajo la
dirección del cineasta Fernando Pérez.
A raíz de la reestructuración del sector azucarero, la Oficina del
Historiador de la Ciudad se encargó de localizar y solicitar 40 locomotoras de
vapor en todo el país, para su uso con fines históricos, comentaron en su
momento voceros de esa instancia.
Por demás, se trasladaron de otras provincias a la capital 23 de estos
equipos, de los que algunos se exhiben en el mencionado parque.
De esa suerte, el Parque del Agrimensor en La Habana, es un espacio con
una historia interesante. A mediados del pasado siglo, se inauguró este parque
en un terreno cercano a la Terminal de Ferrocarriles de La Habana.
Su nombre hace referencia a los agrimensores, profesionales encargados
de medir y delinear terrenos, y así consta en una tarja en el lugar.
Aunque sufrió años de abandono y deterioro, hoy ha sido restaurado
gracias a la labor de la Oficina del Historiador
CRÓNICA OBLIGADA
Contrario a lo que muchos piensan, la pequeña isla caribeña tiene muchas
novedades, entre ellas contar con el primer ferrocarril de Iberoamérica, antes
incluso que en España.
Viejas locomotoras embellecen en estos momentos La Habana e ilustran de
toda una época de oro cuando ese transporte incluso fue primero en esta isla
para el mundo iberoamericano. Por tanto, turismo y transporte se dan la mano
para una nueva etapa que ya tiene su sólida trayectoria y atractivo.
De tal suerte, existe un Museo del Ferrocarril propiamente en una
antigua terminal de La Habana, en plan de reformulación, y la presencia de
viejas locomotoras en sitios de recreo de la parte vieja capitalina.
Por una parte, el Museo amplía sus
colecciones y de la otra se transforma en una exhibición al aire libre bajo la
iniciativa de la Oficina del Historiador de La Habana.
Ahora transcienden informes sobre un parque
de por lo menos 40 viejas locomotoras de vapor de los años 1878 a 1925 en fase
de recuperación para exhibirlas, una idea difundida en su momento y aún por
materializarse.
Un grupo de expertos de esa Oficina, labora
desde 2007 para el rescate de esas piezas, algunas que además se muestran en un
parque frente a la Terminal de Ferrocarriles de La Habana.
En ese período de tiempo buscaron y
atesoraron más de 200 máquinas de ese tipo bajo el concepto de que forman parte
del patrimonio histórico nacional.
Dicho rescate refuerza al Museo del
Ferrocarril en la antigua Estación de Cristina, antigua sede del Ferrocarril
del Oeste, frente al Mercado de Cuatro Caminos, estación de 1861.
Los expertos incluso valoran en siete
millones de dólares el precio de la importante colección ferroviaria conservada
en Cristina y otros escenarios habaneros.
Recuerdan que ya se repararon 30
locomotoras, algunas de ellas en el mencionado parque (El Parque del Agrimensor)
frente a la Estación de Trenes y otras distribuidas en su momento cerca de la
nueva cervecería del puerto, o los Almacenes San José, dedicados a artesanía.
Algunas de esas piezas incluso funcionaron
hasta 2005, lo que les llevó a acumular 127 años de trabajo, sobre todo en
centrales azucareros, rescatadas de cualquier parte de esta Isla.
La iniciativa corrió a cargo de la Empresa
de Restauración de Monumentos de la Oficina del Historiador de la Ciudad, que
tiene la estrategia de potenciar este empeño, tanto en Cristina como al aire
libre.
El Museo del Ferrocarril de Cuba de Cristina
propiamente, en noviembre de 2002 fue declarado Monumento Nacional, inaugurado
el 19 de noviembre de 2000, con el peso de la historia de este medio de
transporte, el primero de Iberoamérica.
Cristina resultó la estación principal de la
Empresa del Ferrocarril del Oeste, compañía fundada en 1859 por la familia
Pedroso, de la vieja oligarquía terrateniente habanera.
La terminal tomó su nombre de la propia
calle donde se encuentra ubicada, bautizada de esa manera en honor a la
gobernadora Doña María Cristina de Borbón, Regente del Reino de España. La
edificación actual se terminó en el año 1902.
En ese museo se exhiben locomotoras de vapor
de vía ancha y estrecha, también diesel y eléctricas, fotografías, documentos,
medios utilizados para el movimiento de trenes, y señales.
Una de las piezas más emblemáticas del museo
es la nombrada Locomotora La Junta, construida en 1842, y que llegó a la
occidental provincia cubana de Matanzas en enero de 1843, cuando presta
servicio hasta los años 90 de ese siglo.
De finales del XIX y principios del XX,
Ferrocarriles Unidos de la Habana adquiere y unifica ese transporte de la
provincia de Matanzas, cuando construye la Estación Central, y lleva hacia ese
lugar a La Junta, de ahí que se conserve.
Entre las novedades que atraen a miles de
viajeros de todo el mundo a visitar a Cuba, está su ferrocarril inaugurado hace
187 años.
Ahora con cierto deterioro, pero bajo la
atención del turismo extranjero que llega a esta Isla. El ferrocarril se puso
en servicio en 1837 para el transporte de mercancías y viajeros, y desde un
inicio resultó un medio de suma relevancia.
Este primer ferrocarril español se construyó
en Cuba y fue también el primero en servicio en las Antillas y del mundo
iberoamericano, de ahí la relevancia.
Para septiembre de 1830 llegó a la ínsula
una Real Orden de 19 de julio para informar que José de Jesús Herrera y Herrera
había recurrido al Rey de España con el propósito de solicitar permiso para
construir un camino de hierro desde La Habana hasta San Antonio.
Esa vía pretendió unir San Antonio de los
Baños hasta la villa de Güines (occidente), maniobra para distraer la atención del
verdadero primer ferrocarril.
El 6 de julio de 1830 se iniciaron las
gestiones para la construcción del tramo con el visto bueno de la Junta de
Fomento, y las obras comenzaron el 19 de noviembre de 1835.
Finalmente, se decidieron por inaugurar el
primer tramo entre La Habana, San Felipe y Santiago de Bejucal, el 19 de
noviembre de 1937, al amanecer (por ello existe en La Habana Vieja un hostal
con ese nombre).
/rfc
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