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lunes, 6 de septiembre de 2021

CURIOSIDADES DE LA ISLA Bigote Gato en la historia del turismo de Cuba Por Roberto F. Campos Fotos: El Autor y archivos

CURIOSIDADES DE LA ISLA
Bigote Gato en la historia del turismo de Cuba

Por Roberto F. Campos

Fotos: El Autor y archivos


La Habana, 6 sep.2021.
La tradición e historia del turismo en Cuba tiene aristas poco conocidas y muy interesantes como es el caso del personaje nombrado Bigote Gato.
   Esta celebridad tuvo relieve para la industria de los viajes y la gastronomía insular. Alguien con mucho garbo, estilo e inteligencia, creador de un club de noctámbulos y un famoso bar de La Habana.
   El apodo le llega por un amplio mostacho en punta, conocidos en su época como de manubrio, quien además tocaba su cabeza con una boina roja, un asturiano con quien este periodista pudo conversar en 2001, dos años antes de su muerte.
   Bigote Gato (1910-2003), nunca Bigote de Gato, era un asturiano considerado por algunos en su época como un loco, y por otros como un empresario sumamente inteligente.
   Y tal fue su relevancia que en enero de 2014, reaparece por tanto el Bar Bigote Gato, en la esquina de Teniente Rey (Brasil) y Aguacate, en La Habana Vieja, donde aún se encuentra.
   Se trata de un lugar pequeño, para 30 parroquianos, que intenta emular con el establecimiento original en cuanto a intimidad (por lo menos antes de la entrada de la Covid-19).
   Al momento de la entrevista, el hombre era pequeño de estatura, barba blanca muy copiosa, mirada escrutadora y recuerdos constantes. Una especie de gnomo, como salido de algún filme de ciencia ficción, o fantástico.

  Su nombre real era Manuel Pérez Rodríguez, y algunas versiones lo señalan con un nacimiento el 13 de diciembre de 1910 en Santulano de Las Regueras, Asturias, aunque incluso el propio Bigote se reconocía de Candamo, en la misma región española.
   Lo cierto es, que para 2001 confundía ideas e historias, aunque si recordaba sus momentos de gloria con claridad, quien moriría poco después, el 11 de julio de 2003, en La Habana.
   Bigote llegó a Cuba en 1924 para convertirse en comerciante de éxito, quizás el empresario más famoso de la historia de este país.
   Amante de los habanos H.Upmann, de la buena vida, la alegría y fundador del Club de los Noctámbulos de los años 40 y 50 del pasado siglo, siempre estuvo enfrascado en sus sueños, que eran muchos.
   Bigote Gato –un mito para los cubanos de entonces, sobre todo para el mundo comercial y la bohemia- vivió solitario sus últimos años, en un barrio periférico de La Habana, El Cotorro.
   Su fama fue rotunda, pues incluso le inmortalizó el cantante puertorriqueño Daniel Santos, al interpretar "Bigote Gato es un gran sujeto que vive allá por el Luyanó". Esa pieza la compuso el cubano Jesús Guerra, de la provincia centro-meridional de Cienfuegos.
   Como broma, dijo que a él lo trajo a La Habana Cristóbal Colón. En realidad, llegó a la capital cubana el 1 de marzo de 1924 en el buque español Cristóbal Colón. Tenía 12 años y viajaba en tercera clase, con su padre, emigrante en busca de mejores condiciones.
   El 1 de marzo de 1947, cuando ya llevaba 23 años en Cuba y después de muchos esfuerzos, inauguró su propio bar, que tuvo por nombre Bigote Gato.


    Ese Bar se hizo famoso, sobre todo cuando fundó el Club de los Noctámbulos, que llegó a tener medio millar de miembros. Para pertenecer, había que tener entre 18 y 100 años, decían sus reglas.
   Otra condición era estar en el bar, cuando el propietario declaraba que se trataba de "el único bar del mundo donde los clientes, por decisión expresa de Bigote Gato, son dueños legítimos entre las 12 de la noche y las seis de la mañana". También se exigía practicar la prudencia, el respeto mutuo y no hablar allí de religión ni razas.
   Toda una novedad, el bar y el personaje, quedaron en la tradición turística de una isla con muchas novedades para los visitantes, recuerdos imborrables.

/rfc

 










 

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