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domingo, 13 de abril de 2025

El edificio Art Déco por antonomasia de Cuba Por Roberto F. Campos, FOTOS. EL AUTOR

 


El edificio Art Déco por antonomasia de Cuba

Por Roberto F. Campos, FOTOS. EL AUTOR

 

La Habana.- dom.13 abr.2025. Muchos turistas que llegan a Cuba interesados en su cultura en sentido general preguntan hoy por el Edificio Bacardí, de acuerdo con el sentido de constituir la edificación de estilo Art Déco por antonomasia de la isla.

   Por tanto, las personas que observan su majestuosa silueta, se llevan siempre de recuerdo una fotografía que atrape las siluetas, dibujos y estilos de esa construcción.

   El edificio Bacardí es una construcción situada en La Habana en la Avenida de Bélgica n. º 261 entre Empedrado y San Juan de Dios, en la zona antigua de la ciudad.​

   Se le conoce también como La torre con el murciélago, por la silueta que corona el inmueble. El edificio fue encargado a los arquitectos Rafael Fernández Ruenes, Esteban Rodríguez Castell y José Menéndez, por la compañía ronera Bacardí S.A.

   Esta joya del art déco se concluyó en 1930 y en su momento fue la estructura más alta de la ciudad.

   ​Los terrenos donde se levantó fueron parte del antiguo barrio habanero de Las Murallas. En este lugar estaban las oficinas centrales de la compañía mencionada.

   El resto del edificio fue arrendado a diferentes empresas y compañías radicadas en la ciudad. Después del triunfo de la Revolución cubana en 1959  y las leyes de nacionalización llevadas a cabo por el nuevo gobierno socialista, las compañías extranjeras radicadas en la isla lo abandonan.

  El edificio se continuó desempeñando como edificio de oficinas. A finales de la década del 90 se restaura bajo un proyecto de la Oficina del Historiador de la Ciudad, y en la actualidad sigue como oficinas, mientras enfrenta una nueva reconstrucción.

   La estructura del edificio es de acero y hormigón. Sus fachadas son de granito natural, terracota y ladrillos prensados.

   Su forma la compone el cuerpo central que se va escalonando en su ascensión hasta llegar a la torre con cubierta a cuatro aguas que lo identifica, donde se ubicó el murciélago en bronce, símbolo de la empresa, sustentado por un poliedro de vidrio con armadura de metal que se ilumina desde dentro.

   El salón de entrada se decoró exteriormente con mármol de color rojo vino, ejemplificando el color de las mieles roneras.

   En los pisos superiores se utilizó loseta de gres cerámico de color amarillo brillante, representando a los rones blanco-dorados que fueron los que contribuyeron a la fama mundial de los rones Bacardí.

   La planta alta y la torre central muestran un cuidadoso diseño de tejas policromadas que alternan franjas azules y de color pardo, con paneles decorados.

   ​Las decoraciones más fastuosas se colocaron en los espacios interiores de la planta baja y el entresuelo.

   Un portal pequeño daba acceso al vestíbulo y a su derecha se ubicó el salón de exposiciones, decorado con pilastras de capiteles dorados, vigas de sección escalonada y lámparas finamente diseñadas.

   En este asoman los vanos del entresuelo donde se hallaba el bar para invitados, enchapado en madera y con estilizadas palmeras en la puerta de los baños.

   Tales detalles aportados en su momento por la Emisora Habana Radio de la Oficina del Historiador, ilustran de buena manera la belleza del edificio.

   Como se dijo, su construcción finalizó en 1930 y por aquel entonces era el edificio más alto de la isla. Se dice que contiene mármol y granito procedente de casi todas las naciones de Europa.

   Esta construcción consta de 12 plantas, cinco de las cuales estuvieron dedicadas a oficinas para alquilar, y cuenta con una superficie total cubierta de siete mil 31 metros cuadrados. Su fachada está recubierta de granito rojo de Baviera y en su punta exhibe el murciélago citado.

   Cuenta con un diseño en forma de pirámide escalonada y utiliza el azulejo como elemento decorativo, proveniente del modernismo catalán, proporcionando a esta edificación un efecto cromático insólito.

   Hoy en día, el Edificio Bacardí se encuentra rodeado de edificios, por lo que es difícil tener una vista general de su estructura a nivel de calle, aunque su suntuosa torre puede verse desde casi toda La Habana.

  Para su etapa moderna o actual, el edificio alberga oficinas de empresas cubanas y extranjeras. En el vestíbulo se encuentra un bar-restaurante abierto al público y, se puede subir a la torre y obtener una increíble vista de La Habana.

     Bacardí es una de las más conocidas marcas de licores del mundo, fundada en Santiago de Cuba, hacia 1862 por el catalán Facundo Bacardí Massó.

   Fue esta compañía ronera la que encargó, la construcción de un inmueble que fuese su sede en la ciudad, mientras en la actualidad sus oficinas e industria se marcharon al extranjero, en particular Estados Unidos y Bahamas, por discrepancias de sus directivos con la Revolución Cubana.

   La construcción de este edificio resultó de la convocatoria a un concurso entre destacados arquitectos de la época y con un premio de mil pesos para el ganador.

   El jurado lo formaron Enrique W. Schueg Chassin, esposo de Amalia Lucía Bacardí Moreau, y los arquitectos Leonardo Morales, Enrique Gil, Emilio de Soto y Pedro Martínez Inclán.

   Para el caso, como se dijo, lograron el premio los profesionales cubanos Rafael Fernández Ruenes, Esteban Rodríguez Castell y José Menéndez Menéndez, este último, además, ingeniero.

   Para su construcción se convocó una subasta, siendo adjudicada a la firma Arellano y Mendoza en 499 mil 675 pesos de la época, más otros 121 mil 325 pesos para el equipamiento, ascensores, herrajes y otros.

   Según leemos en documentos del momento, el 6 de enero de 1930 comenzó el replanteo de la obra, estipulándose 300 días en su construcción, lo que se cumplió pese a los problemas iniciales con la cimentación, que obligó al empleo de 500 pilotes de madera jiquí y júcaro negro.

   En diciembre de 1930 el edificio estaba terminado y a su estreno y durante bastante tiempo fue el más alto de la capital cubana.

 

DETALLES SON DETALLES

   Para ser detallistas, la mejor manera de ilustrar su belleza, el primer piso ocupa una superficie de mil 75 metros cuadrados y 7,25 m de altura.

   El pórtico, las paredes, el piso y el techo están revestidos con granito rosado de Baviera. Los dos vestíbulos se cubrieron con mármol natural hasta el techo de color verde suave, usado por primera vez en Cuba, mientras los materiales llegaron a Cuba importados desde Alemania, Suecia, Noruega, Italia, Francia, Bélgica y Hungría.

   Tras el triunfo revolucionario, Bacardí abandonó Cuba. Declarado patrimonio mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1982, en 2001 el edificio fue restaurado por la cooperación de una firma italiana (en su interior conserva toda la decoración original en muy buen estado, así como el exterior del edificio).

  En la actualidad conserva su brillo, el atractivo turístico para quienes buscan novedades arquitectónicas y muestra una especie de postal de viaje de La Habana.

/rfc







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